SRI AUROBINDO
GUÍA DEL YOGA INTEGRAL
FUNDACIÓN CENTRO SRI AUROBINDO BARCELONA
PREFACIO
Sri Aurobindo es uno de los más grandes maestros
espirituales de la historia de la humanidad. Sri Aurobindo representa un nuevo
Poder, una nueva Consciencia.
La novedad de su yoga integral reside en su objeto, en su punto de vista y en la totalidad de su método. Es nuevo porque su meta es un cambio radical de la vida y de la existencia, una completa transformación de la naturaleza terrestre, haciendo descender la Luz, el Poder y la Felicidad de la Verdad-Consciencia divina. No es un yoga de ascetismo que niega la vida, sino de vida divina. Su idealno es solamente una realización supracósmica, sino la consecución de algo real para la consciencia terrestre. Sri Aurobindo declaró:
«Mi tarea está vinculada a la Tierra, su objetivo final no está en otros mundos; voy en pos de una realización en la Tierra y no de un vuelo a cumbres lejanas».
El yoga de Sri Aurobindo es, según sus propias palabras, «tanto de éste como del otro mundo, sin exclusión de ninguna de las dos partes»; incluye lo material y lo espiritual, y aspira a la instauración de la Consciencia y el Poder divinos en la vida terrestre.
El concepto de evolución es la nota dominante de su filosofía y de su yoga. Según Sri Aurobindo la consciencia es el fundamento y el origen de la creación. La evolución es, por lo tanto, «la evolución de la consciencia en la Materia en una constante autoformación que se va desarrollando hasta que la forma pueda revelar el Espíritu escondido en su seno». Materia, Vida, Mente, Supermente y, Existencia-Consciencia-Fuerza-Felicidad, son las grandes fases de la evolución en su ascenso del Inconsciente al Superconsciente. Parece, ahora, que estamos sumidos en la peor, quizá la más oscura noche anterior a la aurora; sólo los que ya están despiertos pueden ver y sentir los primeros claros signos de su llegada. Sri Aurobindo señala la inevitabilidad de esta gran Aurora, la aurora de la edad supramental. Y la plegaria brota del alma del rishi:
¡Oh Aurora, ven con todo tu esplendor celeste, despiértanos hoy a la gran felicidad, el mismo modo que un día nos despertaste al resplandor solar del nacimiento del conocimiento, a la percepción inspirada de la voz de la Verdad! (Rig-Veda, El Primer Himno a la Aurora, V. 79)Esta obra que presentamos a los lectores hispanoparlantes tiene un carácter iluminador acerca de la misión de Sri Aurobindo, que no es otra que la de encontrar y expresar a Dios en el hombre. No se trata de una mejora, sino de una radical y completa transformación. El presente volumen, compuesto de tres partes, que se integran y se complementan recíprocamente, ofrece un cuadro bastante completo del yoga integral de Sri Aurobindo y constituye, al mismo tiempo, una válida y preciosa ayuda para la práctica del yoga.
SRI AUROBINDO
NOTA BIOGRÁFICA
Sri Aurobindo nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. A la edad de 7 años fue enviado a Inglaterra, donde pasó los siguientes años de su vida. En 1889 ingresó en Cambridge, con una bolsa de estudios concedida por la St. Paul's School de Londres, donde coronó brillantemente sus estudios con mención de primera clase. Después de haber adquirido los títulos necesarios para entrar en el servicio civil de la India, en el que no formó parte por haber rehusado presentarse al examen de equitación, regresó a su país y entró, en 1893, en el servicio administrativo del principado de Baroda. Aparte de su trabajo administrativo, fue nombrado profesor de francés del colegio de Baroda, y, posteriormente, de inglés. En este periodo aprendió el sánscrito y otras lenguas indias. Seguía al mismo tiempo con interés los acontecimientos políticos de la India. Con motivo de la división de Bengala, en 1905, abandonó Baroda y empezó a participar abiertamente en política.Fue uno de los grandes líderes del movimiento nacionalista de Bengala, durante el trágico periodo de 1906 a 1910. Su influencia en la transformación del pensamiento y opinión de toda la India, fue muy profunda, especialmente a través del periódico «Bande Mataram».
Detenido a causa de su actividad política, en 1908 fue encarcelado durante un año en la prisión de Alipore. Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida. En un medio tan poco favorable, se sumergía casi de continuo en la meditación. Su vida interior y sus realizaciones espirituales pronto le llevaron a fijarse un objetivo más amplio y universal que la liberación de su país: el porvenir de la humanidad, la nueva era del espíritu y la aparición de una nueva especie humana. Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Continuó durante algún tiempo sus actividades políticas, pero una noche recibió el aviso de que la Policía proyectaba realizar un registro en su despacho de Karmayogin y, para no ser detenido o deportado, fue a esconderse a Cnandernagore, a pocos kilómetros de Calcuta. Aquí recibió «una orden de lo Alto» de ir a Pondicherry a donde llegó el 4 de abril de 1910. Fue la ruptura definitiva con su vida anterior.Después de cuatro años de yoga en el silencio, fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas, de los Upanishads y de la Gitá y del espíritu y de la significación de la cultura india. Todo ello está actualmente recogido y publicado en libros: La vida divina, La síntesis del yoga, El ciclo humano, El ideal de la unidad humana, La poesía futura, El secreto del Veda, Ocho Upanishads, Ensayos sobre la Gitá, Los fundamentos de la cultura india, etc. De su obra poética merece especial mención la epopeya «Savitri».
Se negó a volver a la política y declinó el ofrecimiento de presidir el Congreso Nacional de la India. Ello no quería decir, como algunos han supuesto, que se hubiera retirado a alguna cima de experiencia espiritual, despreocupándose del mundo y del porvenir de la India. Su alejamiento de la política no podía tener este sentido en modo alguno, ya que el principio mismo de su yoga era no sólo realizar el Divino y alcanzar la consciencia espiritual total, sino también hacer entrar toda la vida y todas sus actividades en el campo de la consciencia espiritual y fundar la vida sobre el Espíritu. El 5 de diciembre de 1950, Sri Aurobindo abandonó su cuerpo físico. «Logró atraer las fuerzas que transmutarán una edad».
YOGA Y ENSEÑANZA
Sri
Aurobindo escribió en cierta ocasión una carta sobre su práctica del yoga:
Comencé mi yoga en 1904, sin gurú; en 1908 recibí una considerable ayuda de un yogui y descubrí los fundamentos de mi sádhaná; pero desde entonces y hasta la llegada a la India de la Madre, no recibí ayuda espiritual de nadie. Mi sádhaná no se basaba, ni en aquel momento ni más tarde, en conocimientos librescos, sino en un sinnúmero de experiencias personales que fluían del interior. Pero en prisión tuve conmigo la Gítá y los Upanishads; practicaba el yoga de la Gítá y meditaba con la ayuda de los Upanishads; son los únicos libros en los que he encontrado alguna indicación. Los Vedas que comencé a leer mucho más tarde en Pondicherry, más que ser una guía para mi sádhaná, confirmaron las experiencias que ya había tenido. De vez en cuando acudía a la Giúpara esclarecer una pregunta o una dificultad, y generalmente encontraba una ayuda o una respuesta.Antes de llegar a Pondicherry, Sri Aurobindo había alcanzado ya dos de las cuatro grandes Realizaciones en las que se fundan su yoga y su filosofía espiritual. La primera le vino durante su meditación con un yogui de Maharashtra, Vishnu Bhasker Lele, en Enero de 1908 en Baroda; era la realización del Brahmán silencioso más allá del espacio y del tiempo, que obtuvo tras una completa y constante inmovilidad de toda la consciencia. Pero este sentimiento desapareció al alcanzar la segunda realización, la de la consciencia cósmica, que alcanzó en la prisión de Alipore; esta experiencia le hizo ver que el Divino «eran» todos los seres y todo lo que es. Gracias a sus meditaciones en la cárcel, estaba ya en camino hacia las dos restantes: la del Brahmán, en su doble aspecto estático y dinámico, y la de los planos superiores de la consciencia, que llevan al Supramental.Sri Aurobindo prosiguió la búsqueda de una experiencia más completa que uniese y armonizase los dos polos de la existencia, el Espíritu y la Materia. La mayoría de los métodos de yoga conducen al Más Allá, al Espíritu, y finalmente, fuera de la vida. El de Sri Aurobindo, en cambio, se eleva hacia el Espíritu para descender de nuevo enriquecido y volver a traer a la vida, la luz, el poder y la beatitud del Espíritu, que la transformarán. Según Sri Aurobindo, la existencia actual del hombre en el mundo material es una vida en la Ignorancia fundada en el Inconsciente;El mundo creado no es un error, ni una vanidad de vanidades, ni una ilusión de la que el alma deba librarse para volver al cielo o al Nirvana, sino, al contrario, el escenario de una evolución espiritual en la que a partir de la inconsciencia material, debe manifestarse progresivamente la Consciencia divina en todas las cosas. Por encima de ésta se encuentra la Supermente o Consciencia de Verdad eterna que es esencialmente la luz y el poder del Conocimiento divino. La Supermente es un Conocimiento que existe en sí mismo y que manifiesta armoniosamente el juego de sus formas y de sus fuerzas.Abriéndonos a una consciencia divina superior, es posible elevarse hasta ese poder de luz y beatitud, descubrir nuestro verdadero yo, permanecer en unión constante con el Divino y hacer descender la Fuerza Supramental, para que transforme la mente, la vida y el cuerpo. «Si es cierto que el Espíritu está también sumido en la Materia y que esta Naturaleza aparente es en realidad Dios escondido.
DE SRIAUROBINDO
La sádhaná de Sri Aurobindo parte de la percepción de un poder situado más allá de la naturaleza ordinaria y que es, sin embargo, su amo ineluctable , de un punto de apoyo, como hemos dicho, fuera de la Tierra. Actualmente la humanidad está en manos de los asura que crean al hombre a su imagen y semejanza. Para expulsarlos, los dioses, con toda su potencia, deben encarnarse en el ser humano y entrar en el juego. Cuando Sri Aurobindo declaró:«Nuestro yoga no es para nosotros, sino para la humanidad», muchas personas dejaron escapar un suspiro de alivio Consideraron que su yoga era un yoga moderno, dedicado al servicio de la humanidad, y que si este servicio no constituía toda la suma, da la sustancia de su espiritualidad, era por lo menos su fin tangible y su consumación. Sri Aurobindo se percató de que la esencia misma de sus enseñanzas resultaba falseada con esta interpretación superficial de sus palabras. Por esto cambió su fórmula original y dijo: «Nuestro yoga no es para la humanidad, sino para el Divino». Para acercarnos mejor al ideal de Sri Aurobindo, conviene reunir las dos fórmulas y decir que su misión es la de descubrir y expresar al Divino en la humanidad. Su objetivo no es lograr únicamente una mejora, sino un cambio radical, una transformación completa: Divinizar la vida humana. La transformación de la vida humana no significa necesariamente que la humanidad entera tenga que convertirse en una especie de dioses o de seres divinos; quiere decir que, de igual manera que el hombre ha evolucionado del animal a un tipo superior de animalidad, sin que por esto el reino animal entero se transformara en humanidad, a través de la evolución, aparecerá en la Tierra un tipo superior. Éste es el corazón del misterio, la llave maestra del problema. La aparición de una especie suprahumana o divina -por prodigioso o milagroso que pueda parecer el fenómeno-. El descenso del Divino hasta la naturaleza humana para purificarla, transformarla y prepararla para que sea Su morada, constituye el secreto de la sádhaná del yoga de Sri Aurobindo. El sádhaka debe únicamente permanecer tranquilo y silencioso, lleno de apacible aspiración, abierto, dando su consentimiento receptivo a esta única fuerza no es necesario ni ha de tratar de hacer las cosas en virtud de un esfuerzo independiente y personal, sino que ha de hacerlas, o dejarlas hacer, por el Divino Maestro o Guía. Además, el descenso al que se refiere Sri Aurobindo no es el descenso de una consciencia divina, sino de la consciencia del Divino, del Divino mismo con su Shakti, porque es Ella la que actúa directamente para la transformación evolutiva de nuestra época. El objetivo de este prólogo no es el de extenderse en detalles relativos al sentido exacto del descenso, a su pro-ceso, a las líneas de actividad utilizadas y a los resultados obtenidos. Porque se produce verdaderamente un descenso real: la Luz divina penetra en primer lugar en la mente y comienza allí su trabajo de purificación, aunque sea siempre el corazón interior el primero en reconocer la esencia divina y en otorgar su aprobación a la acción divina. Desde la mente, la luz se filtra por las regiones más densas de las emociones y de los deseos, de la actividad de la vida y del dinamismo vital hasta llegar a la materia densa, la dura y oscura roca del cuerpo físico que debe a su vez recibir la iluminación y asumir las verdaderas formas y los verdaderos aspectos de la Luz suprema. La realización en la Tierra de una vida espiritual o divina es sobre todo un acto de belleza, una obra de arte; Si arte significa expresar el alma de las cosas, porque el alma verdadera de las cosas es el elemento divino contenido en éstas, hay que conceder a la espiritualidad, a la disciplina, al contacto con el Espíritu, con el Divino, lleno de fuerza, irisado de luz, vibrante y feliz -que sea, en una palabra, una incorporación del Divino- es el ideal más alto de la espiritualidad. Vista así, la espiritualidad -la que practica Sri Aurobindo es el necplus ultra de la creación artística. El yoga de Sri Aurobindo prosigue en la línea directa el yoga de la naturaleza. La naturaleza sigue infalible e inevitablemente un yoga que es la ley más secreta de su ser. Yoga significa esencialmente un cambio o transformación, una elevación y una ampliación de la consciencia que se efectúan por medio de la comunión, la unión o identificación con una consciencia más alta y más vasta. Este proceso de desarrollo de la consciencia en la naturaleza es precisamente lo que denominamos evolución. La primera fase de la evolución es la materia inconsciente, la fase de los elementos físicos sin vida. La segunda fase es la vida semiconsciente en la planta, la tercera la vida consciente en el animal y finalmente, la cuarta, en la que estamos nosotros actualmente, es la fase de la vida autoconsciente, encarnada en el hombre. El proceso evolutivo no ha llegado aún a su punto culminante con el hombre. Según Sri Aurobindo, la próxima fase hacia la cual la naturaleza avanza y por cuya aparición y establecimiento trabaja, es la vida, La consciencia que está por encima de la mente no es todavía un elemento visible y dinámico en la vida terrestre; los santos y los videntes se han acercado a esta consciencia o han penetrado en su interior en grados diferentes y de diversas maneras; es esta consciencia la que ha iluminado las actividades creadoras de los poetas y de los artistas, los más bellos y nobles impulsos de los héroes y de los grandes hombres de acción.el Espíritu en sí, Atman, Brahmán, Sachchidananda, Nirvana, el primero sin segundo, el cero sin unidad. El primer contacto con esta suprarrealidad estática tiene lugar a través de los ámbitos más elevados de la mente; Revela el Yo y el Espíritu universales, la divinidad cósmica y sus miríadas de fuerzas proyectando miríadas de formas; la existencia del mundo aparece en este plano como un juego de velos Es la visión abrumadora que Sri Krishna ofrece a Arjuna en la Bhagavad Gitá. Sobre la base de esta visión, el mundo y la creación llegaron a ser considerados fundamentalmente un producto de la ignorancia; el sufrimiento, la incapacidad y la muerte fueron contemplados como los signos distintivos de las cosas terrestres. Vivir en la plenitud de la luz, estar en la luz y formar parte de la luz, quería decir pasar al más allá.
La Supermente reúne toda la diversidad sin destruirla, anulando y rechazando la consciencia de separación que es el movimiento inicial de la ignorancia. La primera sombra de la consciencia de ilusión se presenta cuando la luz supramental entra en la penumbra del ámbito mental. La creación al descender hacia la ignorancia se torna una involución del Espíritu en la materia a través de la mente y de la vida; la materia despertándose a la vida, la vida despertándose a la mente y la mente tratando de despertarse a algo que esté por encima de la mente, a un poder del espíritu consciente. El cuerpo material, cuando aparece, lleva consigo inevitablemente, en apariencia, la mortalidad; como lo hace aún detrás del devenir cósmico, sino en el seno mismo del juego cósmico y según los modos múltiples de la existencia terrestre. El secreto de la evolución es, como ya he dicho, un impulso hacia la liberación y la expansión de la consciencia más allá de la inconsciencia aparente.
En el hombre adquiere la
posibilidad de ser consciente y por consiguiente más rápido y concentrado. Ésta
es en realidad la función misma del yoga: consumar la evolución de la
consciencia acelerando el proceso de la naturaleza con la voluntad
autoconsciente del hombre.
Un órgano del ser humano ha sido desarrollado especialmente para que pueda ser el instrumento efectivo de este proceso yóguico acelerado. La consciencia de sí que constituye una característica distintiva del hombre es una facultad de este órgano. en el hombre ha crecido lo suficiente como para poder salir a la superficie y dirigir y modelar su propia consciencia exterior. Es también el canal a través del cual la consciencia divina puede llegar hasta los niveles inferiores de la naturaleza humana: «El ser no más grande que el dedo pulgar, asentado siempre en las profundidades interiores del corazón», según dicen los Upanishads. Es así mismo la base de la verdadera individualidad y de la identidad personal El primer paso decisivo del yoga consiste en adquirir consciencia del ser psíquico, la mente, de la vida y del cuerpo y a liberarlo progresivamente de la ronda ordinaria de la naturaleza ignorante. Transfigurándola en un cuerpo perfecto de la Verdad-Consciencia, es decir, en su divinización. He aquí, pues, el secreto: la transformación, y no el abandono o la anulación de la naturaleza humana ordinaria. El alma, o ser verdadero en el hombre, elevada a consciencia supramental, es el objetivo que la naturaleza trata de realizar actualmente a través de su impulso evolutivo. El hombre ha sido llamado a ejecutar esta tarea para que, en él y a través de él, la trascendencia y la transformación decretadas puedan tener lugar.La creación no ha comenzado en el tiempo (añadí) y nunca tendrá fin (ananta). Es un eterno proceso de desarrollo progresivo de los misterios del infinito. Hasta ahora la muerte ha sido el principio rector de la vida en la Tierra; ésta será sustituida por la consciencia de la Inmortalidad.La evolución se ha realizado a través de luchas y sufrimientos; con la Supermente será una floración espontánea, armoniosa y feliz. Hemos dicho que en el hombre, teniendo como instrumento la consciencia de sí o la consciencia del ser psíquico, la evolución puede seguir un proceso concentrado más rápido: el proceso del yoga.. La fase primitiva de la materia muerta, de la acción exclusiva de las fuerzas químicas, fue una fase muy larga; fue preciso que transcurrieran millones y millones de años para llegar al punto en el que la manifestación de la vida fuera posible. El periodo de vida elemental que le siguió y que se manifestó en el mundo de las plantas, aunque haya durado varios millones de años, fue mucho más corto que el precedente, y terminó con la aparición de la primera forma animal. La época de la vida animal hasta la aparición del hombre fue mucho más breve todavía que la anterior. Y al hombre, que hace más de dos millones de años que está sobre la Tierra, le ha llegado ya el tiempo de dejarse transformar en un ser de orden superior.
si se nos pregunta cómo podemos estar seguros de no ir en pos de una quimera, «La prueba del pudding se tiene cuando se come él pudding».
1. La Supermente no es solamente sintética. «La Supermente es sintética en sus ámbitos más bajos, en los que ha de preparar los principios sobrementales. La síntesis es necesaria cuando ha habido un análisis y todo se ha desmenuzado y desmontado (análisis); entonces es necesario proceder a la reagrupación. Pero la Supermente es unitaria y nunca divide. Por esto no necesita reunir las partes o los fragmentos diseminados; ha mantenido siempre las consciencias múltiples en el Seno consciente del Uno». Sri Aumbindo.
Este libro está compuesto de extractos de cartas de Sri Aurobindo a sus discípulos. Los diversos textos han sido reunidos y clasificados con el ánimo de ayudar a todos aquellos que aspiran a comprender y a practicar el yoga. Es conveniente, sin embargo, tener presente que estos escritos son respuestas a preguntas específicas sobre unos casos determinados y, por consiguiente, de utilidad absoluta solamente para los discípulos a los que fueron dirigidas. No obstante, en la mayor parte de los casos, y aplicando las enseñanzas con la debida reflexión, su utilidad es de indudable valor.
Pero Savitri contestó al radiante Dios: «En vano tientas con solitario deleite Dos espíritus salvados de un mundo afligido; Mi alma y la suya indisolublemente unidas En la sola tarea por la que hemos nacido, Para elevar el mundo a Dios en Luz inmortal, Para que descienda Dios a la Tierra vinimos, Para cambiar la vida terrestre en vida divina».
SAVITRI,
Libro XI, Canto I