miércoles, 7 de julio de 2021

RESUMEN GORAKSHA SHATAKA

 

 RESUMEN

 Goraksha Shataka

  

Versión de Goraksha Shataka

Traducido desde la versión escrita en francés.

 

Texto clásico de Hatha Yoga escrito entre los siglos 13 y 14 de nuestra era por Goraksha Nath, uno de los padres del Hatha yoga.

 

Aunque tiene raíces en las enseñanzas de Patanjali, solo versa sobre 6 de las 8 ramas estructuradas en los Yoga Sutras (los dos primeros, Yama y Niyama, son dejados de lado). Indica los primeros lineamientos del sistema del Hatha Yoga, una descripcion de la anatomia del cuerpo sutil e importantes técnicas de físicas.

 

Yo me prosterno delante del verdadero maestro quien representa la verdadera felicidad, encarnación misma de la beatitud. El simple hecho de vivir junto a él transforma el cuerpo en beatitud.

Yo venero continuamente al gran Minanath. Gracias a la práctica de adharbandha y de otras técnicas los yoguis honran la inmersión en los rayos estables de la luz de su conciencia tanto como la realización del tiempo que se desgrana en los diferentes planos

Habiendo saludado a su maestro con humildad, Goraksha describe el supremo conocimiento deseado por los yoguis, que permite alcanzar la conciencia.

Deseando ayudar a los yoguis, Goraksha enumera los 101 puntos para el conocimiento, con el cual, seguramente, alcanzar los estados más elevados.

Gracias al conocimiento, el pensamiento puede desviarse de los placeres mundanos y aproximarse a la búsqueda de la conciencia que es la escala para alcanzar la realización final.

El árbol que realiza todos los deseos en el cual los frutos que decoran las ramas son las palabras sagradas, ramas sobre las cuales se posan los pájaros.

Asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi son los seis niveles del yoga.

Hay tantas asanas como seres vivientes. La totalidad la conoce Shiva. Cada una de las 8.400.000 asanas ha sido descripta por Shiva. De ellas se tomaron 84. De esas 84 posturas, se seleccionaron 2. La primera es Siddhasana y la segunda Kalamasana.

El yogui debe presionar fuertemente su talón izquierdo contra el perineo y el talón derecho por sobre los órganos genitales conservando el cuerpo firmemente derecho e inmóvil. Los sentidos controlados y debe prestar extrema atención al entrecejo. Esta postura que abre las puertas de la realización se denomina Siddhasana.

Después de haber ubicado el pie derecho sobre el muslo izquierdo y el izquierdo sobre el muslo derecho y de haber enganchado fuertemente los dedos grandes del pie, con las manos cruzadas por detrás, apoyando el mentón sobre el pecho, concentrando esta actitud sobre la punta de la nariz. esta postura que destruye las enfermedades como las perturbaciones del cuerpo y de la mente se llama Padmasana.

¿Como un yogui que no conoce los 6 chakras y los 16 apoyos, los 300.000 nadis, los 5 koshas puede alcanzar la perfección?

¿Como un yogui que no conoce su cuerpo como si fuera una casa con una columna, 9 puertas y 5 energías mayores, puede él alcanzar la perfección?

Adhara tiene 4 pétalos, Svadhisthana tiene 6, el ombligo tiene 10 y el corazón 12. La garganta tiene 16 pétalos y de la misma forma el punto del entrecejo tiene 2. Todo en lo alto, en el gran portal, se encuentra el loto con 1000 pétalos.

Adhara es el primer chakra, Svadhisthana, Yonisthana entre los dos, es nombrado kamarupa. El centro de la base se denomina también Gudasthana. Se dice que el yoni que se encuentra en el centro es muy venerado por todos los yoguis.

En el centro que rodea al yoni y que ha girado hacia abajo, se encuentra el gran linga. El que ve ese disco de luz brillando como un diamante en su conciencia es realmente un yogui.

Brillante, como dos relámpagos semejan al oro fundido, en el triangulo de fuego (Yonisthana) que está situado por encima del sexo.

Habiendo visto esto en Samadhi, esta luz suprema, interminable, brillando hacia todas las direcciones, el yogui no tiene otra experiencia y se libera.

Gracias a la vibración de la palabra "sva", prana se eleva. La base del prana es Svadhisthana. Es porque prana parte de ahí que Swadhistana es nombrada mehdra.

La conciencia encarnada erra tanto que no ha encontrado la realidad en el gran chakra de doce pétalos (corazón), que libera de los méritos y de falta de méritos.

Debajo del ombligo y sobre (hacia arriba) el sexo, se encuentra kandayoni, que tiene la forma de un huevo de pájaro. Ahí se encuentra la fuente de 72000 nadis. Del conjunto de estas centenas de nadis, 72 son importantes. De entre ellas, de la misma manera, diez que transportan los prana son las más significativas. Ida, Pingala, Sushuma, Gandhari, Hastijivha, Pusha, Yashasvini.

Alambusha, kuhu, shamkhini. Los chakras conteniendo estos nadis deben ser conocidos imperativamente por los yoguis. Ida está a la izquierda, pingala a la derecha, sushuma en el centro. Gandhari en el ojo izquierdo. Hastijihva en el ojo derecho, Pusha en la oreja derecha, Yashasvini en la oreja izquierda y Alambusha en la boca.

Kuhu en el linga y shamkhini en el ano. He ahí los dos nadis unidos a una parte del cuerpo. Ida, Pingala y Sushuma están unidos al pasaje de prana. ellos conducen permanentemente las energías. Sus divinidades son la Luna, el Sol y el Fuego.

Los diferentes prana son: prana, apana, samana, udana, vyana, naga (controla el eructo), kurma (controla el pestañeo), krikara (controla el estornudo), devadatta y dhananjaya.

Prana se mantiene en el pecho, apana en la garganta, samana en el vientre, udana en la región de la garganta.

Vyana en todo el cuerpo. Estos 5 pranas son los maestros. Los otros son Naga, kurma, krikara, devadatta y dhananjaya.

Naga es conocido por provocar el eructo, kurma el pestañeo, krikara el estornudo, devadatta el bostezo.

Dhananjaya recorre todo el cuerpo y no lo abandona ni en el momento de la muerte. Estas energías fluyen a través de los nadis.

Como cuando una bola que es golpeada se pone en movimiento, de la misma manera la conciencia individual golpeada por prana no puede quedarse inmóvil.

Porque ella, la conciencia, está bajo el control de prana y ésta va y viene de la izquierda a la derecha. A causa de esta inestabilidad no se la percibe.

Asimismo, un halcón sujeto a un cordel desciende y trata de volar, igualmente, la conciencia encarnada y limitada por los gunas está controlada por prana y apana. Apana empuja prana y éste empuja apana

Con el sonido HA (prana), la conciencia vuelve a entrar. Con el sonido SA (apa-na), ella sale. El jiva repite continuamente HAMSA, HAMSA! 24600 por día y por noche, el jiva repite ese mantra

Este Gayatri llamado ajapa confiere la liberación del yogui. La sola intención de recitar este gayatri, libera de todos los errores.Un tal conocimiento como ese, una tal repetición y una interioridad mejor no existe ni existirá jamás.

Gayatri proviene de kundalini y soporta el prana. El prana es el más grande conocimiento. El que sabe esto es un verdadero yogui.

Debajo del kanda, kundalini shakti esta enroscada. Ella está constantemente in-móvil, su boca cerrando la puerta de Brahma.

Habiendo cubierto con su boca esta puerta por la cual, libre de perturbación, debe acceder al sitial de Brahma, donde la dicha esta adormecida.

Con la conciencia despierta gracias a la unión del fuego (biddhi) y prana, ella se erige a través de sushuma.

Atravesando sushuma, se despierta gracias a la unión con el fuego, sube como una serpiente auspiciosa, brillante como el filamento de un loto.

Como uno puede abrir la puerta con fuerza si uno tiene la llave, así el yogui puede quebrarla puerta de la realización con la ayuda de kundalini.

Habiendo cerrado las manos fuertemente tomando la padmasana, presionando el mentón contra el pecho y fijando kundalini, es necesario todavía espirar y aún hacer apana. se debe espirar hasta el momento en que el conocimiento inigualable del prana se revela a través del despertar de la shakti

Uno debe masajear los miembros con la transpiración que resulta de este esfuerzo. Es necesario beber leche y abstenerse de lo amargo, lo acido y lo salado

Se debe controlar la energía sexual y comer poco, y separarse de los placeres mundanos. Al cabo de un año se vuelve plenamente hábil. Concerniente a esto no se duda.

El que coma con placer buenas cosas dulces y conserve una cuarta parte vacía es realmente un yogui.

Kundalini shakti esta enrollada 8 veces alrededor de kanda, tiene reputación para la realización del yogui y ofrece la iniciación

El yogui está listo para la realización cuando conoce Mahamudra, Nabhomudra, Uddiyana banddha, Jalandhara banddha y Mulabanddha.

La purificación del conjunto de los nadis de la circulación de la luna y del sol y el nuevo ascenso de las sustancias del cuerpo se denomina Mahamudra

Habiendo apoyado su mentón sobre el pecho y presionando largo tiempo el yoni con el dedo mayor del pie, con las dos manos es necesario tomar el pie derecho extendido hacia delante, llenar el vientre de aire y mantenerlo ahí, luego espirar lentamente. Esto es considerado por ser un gran mudra, el cual destruye las disfunciones humanas.

No existe más alimentación sana o malsana, todos los sabores se vuelven iguales. Asimismo los venenos mortales son digeridos como si fueran un néctar. 

Las enfermedades, como consumirse, la lepra, la constipación, la decrepitud, etc. son destruidas por el que practica Mahamudra.

Este Mahamudra que acaba de ser descripto confiere toda clase de éxitos al hombre. El debe imperiosamente mantener el secreto. no lo debe revelar a nadie.

Se realiza Kecharimudra volviendo la lengua al fondo de la boca y fijando la vista en el punto del entrecejo.

No existe más la enfermedad ni la muerte, ni el sueño, ni la cólera, ni la debilidad, para quien conoce este mudra. Aquel que conoce Kechari mudra no está turbado ni por las aflicciones, ni ligado por el fruto de las acciones, ni turbado por la muerte.

El pensamiento se mueve por el espacio porque la lengua que ha entrado en la caverna ahí se mueve. Es por todas estas razones que kechari mudra es muy estimado por todos los yoguis.

El esperma es la causa del cuerpo. De ahí vienen todos los elementos que lo consti-tuyen de la cabeza a los pies. El que es capaz de cerrar la caverna situada al fondo de la garganta gracias a kechari mudra no verá más derramarse su esperma aún si él está abrazado por una mujer.

Mientras el esperma se encuentra en el cuerpo. la muerte queda alejada. En tanto kechari mudra se mantenga, el esperma queda inmóvil.

Asimismo cuando el esperma comienza a derramarse en el yoni, la shakti podrá hacerlo subir inmediatamente gracias a yonimudra. Se dice que el bindu es de 2 especies, blanco pálido y rojo sangre. El blanco pálido es el esperma y el rojo sangre es el fluido menstrual.

Rajas (el fluido menstrual) es segregado por el lado solar, se asemeja al carmín. Mientras que bindu (el esperma), es segregado por lado lunar. La unión de los dos es difícil de realizar.

Bindu es Shiva, Rajas es Shakti. Bindu es la luna. Rajas es el sol. La unión de los dos conduce al estado superior.

Gracias al trabajo sobre vayu, Shakti intensifica la actividad de Rajas para unirla a Bindu. Así el cuerpo será transformado por la pura energía y se convertirá en algo ma-ravilloso.

Shukta (el esperma) está conectado a la luna, Rajas al sol. Quien sabe realmente sobre la unión de los dos es un yogui.

Frente a la imagen de un enorme pájaro capaz de volar sin posarse (sin descansar), Uddiyana tiene el poder de un león matando un elefante.

Esta contracción del bajo vientre por debajo del ombligo se denomina Uddiyana-banddha. Se debe practicar esta contracción.

Jalandharabanddha encierra al conjunto de los nadis e inmoviliza el fluir del agua proveniente de la cabeza. Es lo que puede destruir la cantidad de desordenes que pueden venir de la garganta.

Jalandharabanddha se produce cerrando la garganta y cuando se practica permite evitar que el néctar se consuma en el fuego o se esparza en los torbellinos del viento

Es necesario apoyar la parte inferior del talón sobre el perineo y contraer el ano para que vuelva a subir apana. A esto se lo llama Mulabanddha

Gracias a la unión de prana y apana, a la disminución de la orina y de otros ele-mentos, un anciano puede rejuvenecer si practica asiduamente mulabanddha.

Conviene tomar la postura del loto, de mantener el cuerpo derecho, muy derecho, como así la nuca, fijar la mirada sobre la punta de la nariz en un lugar aislado y repetir incansablemente el sonido OM

El sonido OM es la luz suprema en la cual se encuentran los tres planos Bhuh, Bhuvah y Svah, como así también las divinidades de la Luna, del Sol y del Fuego.

OM es la luz suprema donde se encuentran los tres tiempos, los tres vedas, los tres mundos, las tres inflexiones sonoras (frente, corazón y bazo), los tres dioses

OM es la luz suprema en la cual se encuentran la acción (kriya), el deseo (ceccha) y el conocimiento (jnana), así como los tres aspectos de las energías Brahma, Vishnu y Rudra.

OM es la luz suprema donde se encuentran las tres letras A, U y M y en la que el bindu tiene su fuente.

OM es la luz suprema y se la debe respetar sin cesar con la voz como un bijam con la finalidad de que ella se llene todo nuestro cuerpo. OM debe igualmente habitar en forma permanente nuestro espíritu.

Que sea puro o impuro el que recita continuamente, el pranavam no está conta-minado por sus errores, teniendo como imagen a la hoja de loto que no está humedecida por el agua

Así como durante largo tiempo el aire está en movimiento, el bindu también se mueve. El encuentra la inmovilidad cuando el aire cesa de moverse. Así el yogui debe controlar la exhalación hasta inmovilizarla

Todo el tiempo que prana mora en el cuerpo, jiva ahí quedara. Su partida es la muerte. Por eso es necesario ser eficaz en la manera de economizar prana

En tanto que el soplo queda inmóvil en el cuerpo, la conciencia está libre de turbulencias. Así cuando se teme a la muerte la mirada queda fija sobre bhrumadhya

Es porque desean alejar la muerte que Brahma, todos los yoguis y los sabios se dedican a practicar pranayama. He ahí porque se deben contener los soplos

El soplo inspirado y espirado (Hamsa), utiliza 36 dedos desde las narinas izquierda y derecha, se le llama prana

Es cuando el conjunto de los nadis que normalmente esta obstruido, es purificado y el yogui puede realmente obtener la capacidad de dominar los soplos

Habiendo tomado la postura de Padmasana, el yogui debe aspirar el aire por la ventana izquierda de la nariz. Luego de retenerlo el mayor tiempo posible debe espirarlo por la ventana derecha de la nariz

El que practica pranayama alcanzara ecuanimidad si medita sobre la imagen circular de la luna, sobre el néctar tan blanco como la leche de vaca o sobre el color de la plata pura Inspirando el aire por la ventana derecha de la nariz se debe llenar dulcemente el vientre. Luego, habiendo hecho kumbhaka según las reglas, el espira por la narina derecha de la nariz.

El yogui que practica pranayama encontrara que sus energías se apaciguan si medita con su vientre sobre el sol manteniendo la forma de un circulo lleno de llamas ardientes, con esplendor.

Meditando a su turno sobre las dos imágenes de la luna y del sol , el yogui debe hacer penetrar la inhalación por la ventana izquierda de la nariz y expirar nuevamente por la derecha según los limites prescriptos. A continuación, habiendo inspirado el aire por la ventana derecha de la nariz y habiéndolo retenido, lo debe espirar por la ventana izquierda de la nariz. Después de 3 meses de esta práctica, el conjunto de los nadis será purificado.

Habiendo así realizado nadishodhana el soplo podrá alcanzar la inmovilidad y la mente podrá alcanzar dharana. El fuego interior será poderoso, se impondrá escuchar el sonido interior y todas las disfunciones cesaran.

Resumen Karma Yoga - Swami Vivekananda

 

RESUMEN KARMA YOGA

Swami Vivekananda

 

Título original: Karma Yoga

 

PREFACIO

 

Nos sentimos felices al presentar la primera edición de una traducción auténtica y correcta de “Karma-Yoga", de Swami Vivekananda.

 

Las obras del gran Swami Vivekananda son expresiones de la Suprema Verdad. Swami Vivekananda, discípulo predilecto de Sri Ramakrishna la Encarnación Divina era un ser muy elevado. Estaba establecido en Dios. ¡Swami Vivekananda vivía casi todo el tiempo en constante comunión con Dios! De manera que sus dichos y escritos son expresiones misericordiosas que ayudan a aquellos seres que sinceramente están buscando según su propio temperamento un sendero, un entendimiento para lograr la Suprema Meta de la vida humana: Liberación Absoluta.

Algunos creen que sólo por la lectura de buenos libros uno puede ser espiritual. La mera lectura, si no va acompañada de la práctica recomendada, puede

hacer del lector con buena memoria un polemista de “Peñas”o “Club de Debates” donde se discute toda clase de ideas, hasta las ideas filosóficas y religiosas. Lo cierto es que la lectura de los libros escritos por verdaderos maestros, que son figuras condensadas de la Suprema Verdad, ayudan sólo a aquellos que sufren constantemente “inquietud espiritual, en medio de la activa vida del progreso material, quienes llevan una vida moral y ética. Sri Krishna cuando nos dice:”Tenemos derecho al trabajo, pero no a sus frutos"? Muchos dicen que es imposible actuar sin pensar o sin anhelar el fruto, el resultado de la acción. Sin embargo, ese pensamiento, ese deseo que es acompañado' por la febril esperanza en el fruto, les hace cada vez mas débiles, más limitados; se alejan cada vez más del verdadero progreso) que los convertiría al estado de Ser puro, esto es, en la Plenitud misma.

 

 Así como en la India Se encuentra gente que vive para comer, también se encuentra en el Occidente gente contemplativa y dedicada a la vida espiritual, cuya realización se logra, por la activa práctica del inegoísmo.  Sin embargo, por esa influencia ajena nos equivocamos y, a veces, nos equivocamos enormemente, sembrando y cosechando desprecio, odio y rencor. Sólo será de provecho la lectura de “Karma-Yoga” para aquellos que han desarraigado de su mente esas limitantes ideas de “superioridad” e “inferioridad”, de crudo egoísmo, que mantienen al hombre en el nivel animal a pesar de su cuerpo humano.

Eso de pensar que en algún momento estamos separados de Dios es la mayor ignorancia del ser humano y todo el progreso espiritual no es nada más que el esfuerzo, cualquiera sea el sendero que se siga para destruir esa tan dañosa insensatez. Los Vedantistas declaran que hay tres clases de seres humanos:

 

1)  Los baddhas, aquellos que están profunda e inconscientemente ligados a las ideas y objetos transitorios. Ellos aceptan como única realidad la vida objetiva; creen que son criaturas de la naturaleza, aunque a veces, sin sentirlo, dicen que Dios es el creador. Su vida se manifiesta a través de los siguientes actos: respirar) moverse) comer, descansar o dormir, divertirse, hacer el acto sexual) temer o, atemorizar. Todos esos actos los llevan a cabo con o sin la ayuda de la máquina. La inmensa mayoría de los seres humanos pertenece a esta categoría. Ellos no comprenderán el “Karma-Yoga”.

 

2)   Mamukshu, o activos aspirantes a la liberación. Las personas de este tipo se han dado cuenta que el logro fácil o difícil de los objetos o ideas que buscan para satisfacer sus deseos corporeos o mentales, no los libera de esa ligadura que sienten, de ese encadenamiento que nos impone la dependencia, que les resulta no sólo molesto sino que a veces, llega a ser penoso y hasta doloroso. Son ellos quienes buscan, se esfuerzan y experimentan diversos métodos, opiniones y consejos, para ser libres. Pero, una cosa esencial les falta, y ésta es, que no se exa- minan a sí mismo, no buscan su propia, intima naturaleza. El hombre del mundo, aunque sea muy instruido, difícilmente comprende que uno puede vivir, actuar y sentir felicidad, pensando y actuando continuamente para los demás. Porque la clave del”Karma-Yoga" consiste en la práctica del inegoísmo, esto es, el continuo “no yo, sino tú". Este”tú" puede ser la Divinidad, o cualquier ser. Todos piensan y actúan, todos producen “karma", pero sólo los bien despiertos, amantes de lo permanente, del estado de liberación, pueden y practican, el,”Karma.Yoga".

 

3)   La tercera clase de gente es conocida como mukta, o liberado. Son muy

 

pocos los que en una vida llegan a un estado tan elevado. La mayoría de ellos se despojan hasta de la noción de su personalidad, y después de haber logrado ese estado de bienaventuranza viven muy poco tiempo más, pero la bondad fluye de ellos naturalmente y ayudan a muchos aspirantes espirituales. Entre los seres de esta categoría muy de vez en vez viene uno que, por la especial e inexcrutable voluntad Divina, viven para esparcir el divino mensaje de la Liberación.

 

Históricamente, el origen de este mensaje sobre Karma-Yoga, para nuestra época, quedó sellado en un día del año 1884. Sri Ramakrishna, la Encarnación Divina, estaba bajando del estado supraconsciente del samadhi, donde se unía con la Purísima Conciencia Divina. Repitió varias veces una expresión religiosa de los vaisnavas, adoradores de Vishnú, que dice: "Caridad a los seres, afecto al Santo Nombre y adoración a los devotos'. Después de repetirla dos o tres veces, la corrigió, diciendo: "¡Qué insensatez! ¿Quién eres tú para hacer caridad a los seres? ¡El ser es Shiva (Dios Mismo)! Se lo debe servir." La habitación donde ocurriera ese hecho maravilloso estaba llena de devotos de Sri Ramakrishna. Todos le habían oído. Un momento después algunos jóvenes salieron y se reunieron afuera: entre ellos estaba Vivekananda. Muy emocionado, dijo a los otros: "¡Qué maravilla! ¡Qué cosa sorprendente y completamente nueva hemos oído hoy! Si Dios quiere, algún día esparciré al mundo entero ese divino mensaje." Y ese mensaje lo dio al mundo, en forma sistematizada, Swami Vivekananda en "KARMA-YOGA".

 

 Pero, en la ayuda que presta una persona u otra sigue existiendo el concepto de diferencia, rico y pobre, sano y enfermo es la sementera de todo mal. Ese mal solo puede ser sacado de la mente por la práctica de karma yoga, sirviendo a todos los seres humanos, considerándolos como vivientes manifestaciones del Único, indivisible Dios..

 

El Karma- Yoga nos enseña y nos ayuda positivamente, pues aprendemos que por cualquier acción inegoísta podemos sentir la presencia de Dios. Es un hecho muy triste y lamentable el ver que, en todas partes del mundo, la inmensa mayoría lleva una vida sumida en la ignorancia, falta de instrucción, hasta de una alimentación básica nutritiva, y esta clase de gente, de mentalidad reducida, s6lo puede levantarse por la cariñosa manifestación de la vida inegoísta. Que los instruidos se den cuenta de esto y piensen seriamente para no convertirse en participen activos o inconscientes de la propagación de este cáncer mental que está diezmando la sociedad humana.

 

El mensaje del KARMA-YOGA llega a todos nosotros, para que seamos bien activos, purifiquemos nuestro corazón de toda mezquinad y hagamos de la vida

toda un ininterrumpido servicio a la humanidad, humanidad que es la más evidente y mejor manifestación de la Divinidad.

 

Sirviendo a todos los seres necesitados como siendo manifestaciones Divina,

 

ofrendando el fruto de toda acción a Dios, seremos bienaventurados. Ésa es la

 

gran lección del “Karma-Yoga".

 

 

 

CAPITULO PRIMERO

 

EFECTOS DEL KARMA SOBRE EL CARÁCTER

 

El placer no es la meta del hombre, sino el conocimiento, que es inherente a él. El bien y el mal tienen una participación semejante en la formación del carácter. La biblioteca infinita del universo está en la mente. La ley de gravitación y Newton. Todo conocimiento temporal o espiritual está en la mente. Todo golpe mental o físico que recibe el ego es karma. Para juzgar el carácter de un hombre no hay que observarlo en sus grandes actos, sino cuando ejecuta sus más comunes acciones. Todo lo que vemos en el mundo es el despliegue del pensamiento y la manifestación de la voluntad del hombre. La voluntad gigantesca de un Buddha o de un Jesús no puede ser explicada por la teoría de la herencia. Nuestro karma determina lo que merecemos y lo que podemos asimilar. La acción hecha con desapego. El autocontrol tiende a desarrollar la voluntad y modela recios caracteres. Nos dice el "Bhagavad Guita": "Tenemos derecho al trabajo pero no a sus frutos". Llegará, el tiempo en que nuestros móviles no serán egoístas y el conocimiento que yace en nuestro interior se manifestará.

 

La palabra karma se deriva del sánscrito kri, que significa hacer; toda acción es karma. Técnicamente esta palabra también significa los efectos de las acciones. En conexión con la metafísica expresa, algunas veces, los efectos de los cuales nuestras pasadas acciones fueron las causas. Pero en el karma yoga -sólo tenemos que tratar a la palabra karma como significando acción. Después de algún tiempo encuentra el hombre que no es la felicidad lo que busca sino el conocimiento, que el placer y el dolor son grandes maestros y que aprende tanto del bien como del mal. Al pasar el placer y el dolor ante el alma individual, dejan sobre ella diferentes imágenes y el resultado de esas impresiones combinadas es lo que se llama "carácter. Estudiando los grandes caracteres que el mundo ha producido, me atrevo a decir que, en la gran mayoría de los casos, hallaríamos que la desventura les ha enseñado más que la felicidad, que la pobreza les enseñó más que la riqueza y que fueron los reveses más que las alabanzas lo que inflamó su fuego interno. Ahora bien, este conocimiento es inherente al hombre; ningún conocimiento viene de afuera; todo está en el interior. Cuando decimos que un hombre "conoce" deberíamos decir, en lenguaje estrictamente psicológico, que "descubre" o "devela"; lo que un hombre "aprende" es realmente lo que él "descubre" quitando las envolturas que cubren su alma, la cual es una mina de conocimiento infinito. Decimos que Newton descubrió la gravitación. ¿Se hallaba ésta sentada en algún rincón esperándole? Estaba en su propia mente; llegó el instante propicio y la descubrió. Por lo tanto, todo conocimiento temporal o espiritual está en la mente humana. En muchos casos no es descubierto sino que permanece oculto y cuando el velo se va alzando lentamente, decimos que "estamos aprendiendo", y el adelanto en el conocimiento es hecho en virtud de este adelanto en el proceso de descubrir. El resultado es lo que somos; al conjunto de todos esos impactos se le llama karma -obra, acción. Cada golpe mental y' físico dado al ego por el cual, podemos decir, se produce la chispa, Y por los cuales éste descubre su propio poder y conocimiento, es karma, usando la palabra en su más amplio sentido; así, pues, todos estamos produciendo continuamente karma. Todo lo que hacemos, física o mentalmente, es karma y deja sus huellas en nosotros. Hay ciertos movimientos que son como el agregado, la suma total, de un gran número de impulsos más pequeños. Si nos acercamos a la costa del mar y oímos las olas al estrellarse contra las rocas nos parece oír un gran ruido; y sin embargo sabemos que una ola está compuesta, realmente, de millones y millones de diminutas olas, cada una de las cuales hace un ruido que nosotros, no obstante no percibimos; sólo las oímos cuando se agrupan en esa gran masa. Observad a un hombre cuando ejecuta sus más comunes acciones; esas son, ciertamente, las que os revelarán el verdadero carácter de un gran hombre. Las grandes ocasiones elevan hasta al más bajo de los seres humanos a cierta clase de grandeza, pero sólo es realmente grande aquel cuyo carácter es siempre grande, es siempre el mismo, dondequiera esté. El karma, en sus efectos sobre el carácter, es el poder más formidable con que el hombre tiene que enfrentarse. El hombre es, diremos, un centro y está atrayendo hacia sí todos los poderes del universo; en este centro funde a todos ellos y los emite de nuevo en una poderosa corriente. Todas las acciones que vemos en el mundo, todos los movimientos en la sociedad humana, todas las obras que tenemos en torno nuestro son, simplemente, el despliegue del pensamiento, la manifestación de la voluntad del hombre. Así como es el karma, así es la manifestación de la voluntad. La voluntad gigantesca de un Buddha o de un Jesús no podía ser adquirida en una sola vida, porque sabemos quienes fueron sus padres. Nada nos dice que éstos pronunciaran una sola palabra por el bien de la humanidad. La gigantesca voluntad que Buddha y Jesús esparcieron en el mundo, ¿de dónde les vino?; ¿de dónde proviene esta acumulación de poder? Debe haber estado allí durante edades y edades. Todo esto es determinado por el karma, la acción. Nadie puede obtener cosa alguna a no .ser que merezca; ésta  es una ley eterna; algunas veces podemos pensar que no es así, pero a la larga llegamos a convencernos de ello. Un hombre puede luchar toda su vida por conseguir riquezas; puede trampear a miles, pero al fin se da cuenta que no merece ser rico y su vida se le hace molesta y' una pesada carga. Si lo que somos ahora es el resultado de nuestras pasadas acciones, se desprende de ello, claramente, que todo lo que deseemos ser en el futuro puede ser producido por nuestras acciones presentes; así, pues, tenemos que saber cómo actuar. Debéis recordar que toda acción es simplemente exteriorizar el poder de la mente, ese. Poder que ya existe en ella, despertar al ego. El poder está dentro de cada hombre, también lo está el conocimiento; las diferentes acciones son como golpes que los hacen surgir, que despiertan a esos gigantes. El hombre actúa por distintos motivos; no puede haber acción sin motivo. Algunos quieren la fama y trabajan por la fama. Otros ambicionan dinero y trabajan por el dinero. Otros buscan poder y trabajan por el poder. Hay quienes quieren conseguir el cielo y actúan con el fin de alcanzarlo. Los hay que trabajan por dejar un nombre cuando se mueran, como hacen en China, donde ningún hombre consigue un titulo hasta que muere; costumbre me- jor que la nuestra después de todo. Otros trabajan como cumpliendo una penitencia; después de cometer toda clase de maldades hacen levantar un templo o dan algo a los sacerdotes para comprárselos y obtener de ellos un pasaporte para el cielo. Piensan que esta clase de beneficencia les purificará y seguirán viaje sin pagar tasa alguna, a despecho de sus pecados. Tales son algunos de los diferentes motivos para actuar. Trabajad por amor al trabajo. Hay en cada país unos pocos seres humanos que son, realmente, la sal de la tierra y que trabajan por amor al trabajo, sin preocuparse del renombre ni la fama, ni siquiera de ir al cielo. El deseo de nombre y fama, rara vez produce resultados inmediatos; por regla general ya somos viejos cuando llegan a nosotros y estamos cansados de la vida. En primer lugar, un hombre que puede trabajar cinco días, o menos aún, cinco minutos sin ningún motivo egoísta, sin pensar en el futuro ni en el cielo, ni en el castigo, ni en ninguna cosa por el estilo, tiene en sí la capacidad de llegar a ser un poderoso gigante moral. Es difícil de hacer esto, pero en lo íntimo de nuestros corazones reconocemos su valor y el bien que produce. Este tremendo control es la más grande manifestación de poder; este auto-control es una manifestación de mucho mayor poder que el necesario para cualquier otra acción externa. Este auto-control tenderá a producir una voluntad poderosa, un carácter que dará un Buddha o un Cristo. Los insensatos no conocen este secreto; sin embargo quieren dirigir a la humanidad. Hasta un tonto puede regir al mundo entero si actúa y espera. Que aguarde unos años, que controle la necia idea de gobernar, y cuando ésta se haya ido totalmente, él será un poder en el mundo. La mayoría de nosotros no alcanza a ver más allá de unos pocos años, lo mismo que ciertos animales que no pueden ver más allá de unos cuantos pasos.  Surge una cuestión difícil con respecto a este ideal de la acción. Es necesaria la actividad intensa, debemos actuar siempre. No podemos vivir un minuto sin actuar. Entonces, ¿qué hay del descanso? He aquí un aspecto de la lucha por la vida: la acción, en cuyo torbellino somos rápidamente absorbidos. Y he aquí el otro: la calma, la íntima renunciación; apacible a nuestro alrededor, hay muy poco ruido y pocos actores en la escena, sólo está la naturaleza con sus animales, plantas y montañas. El hombre ideal es aquel que, en medio del más grande silencio y soledad, halla actividad intensa, y en medio de la más intensa actividad, el silencio y la tranquilidad del desierto. Este es el ideal del karma-yoga, y si habéis alcanzado esto, habréis aprendido, realmente, el secreto de la acción.

Tenemos que empezar por el principio, ocuparnos de los trabajos que nos corresponda, aceptándolos como son, Y prodigar lentamente, ser más inegoístas cada día. Debemos hacer la obra y buscar el móvil que nos impulsa a hacerla, y casi sin excepción, en los primeros años, encontraremos que nuestros móviles son siempre egoístas; pero, gradualmente, este egoísmo se desvanecerá con la persistencia, hasta que al fin llegará un momento en que podamos hacer obra realmente inegoísta.

 

CAPÍTULO SEGUNDO

 

CADA UNO ES GRANDE EN SU PROPIO LUGAR

 

La filosofía sankhya y la naturaleza. En todo hombre existen esas tres fuerzas de la naturaleza, que se manifiestan como: equilibrio, actividad e inercia. Su predominio de una u otra determina la característica de los hombres. Son diferentes las ideas sobre moral, sin embargo, buscamos una norma universal. También varían las ideas acerca del deber. "No resistir al mal". Aquél que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios. No siempre es malo quien resiste al mal, y puede ser, a veces, el deber de quien así actúa. El "Bhagavad Guita" y la no-resistencia. Sólo cuando se haya logrado el poder resistir al mal, será una virtud la no-resistencia. Hay que pasar por la actividad para llegar a la perfecta calma. La inactividad debe ser evitada. Son muy pocas las personas que han logrado la calma, la capacidad de no resistir al mal. Lo mejor es cumplir con el propio deber, pues, el deber de uno no es el deber del otro. Los diferentes caracteres son variaciones naturales de la creación. En los Vedas se repite una palabra "intrepidez". El temor es un signo de debilidad.

Según la filosofía sankhya la naturaleza está compuesta de tres fuerzas, llamadas en sánscrito sattva rajas y tamas. Estas fuerzas en su manifestación en el mundo físico son lo que podemos llamar equilibrio, actividad e inercia. Lo típico del tamas es la oscuridad o inactividad; rajas es actividad, expresada como atracción o repulsión; y sattva es el equilibrio de las dos. En cada hombre existen estas tres fuerzas. Algunas veces, predomina el tamas; nos volvemos perezosos, no nos podemos mover, somos inactivos, esclavizados por ciertas ideas o por simple torpeza. Otras veces, prevalece la actividad, y otras, en fin, esa calma producida por el equilibrio de ambos. Lo mismo ocurre en toda la creación -tanto en los animales y las plantas como en los hombres-, donde hallamos las manifestaciones más o menos típicas de todas esas diferentes fuerzas. El karma-yoga trata especialmente de estos tres factores. Sabiendo lo que son Y' cómo emplearlos, nos servirán de ayuda para hacer mejor nuestra obra. La sociedad humana es una organización constituida por grados. Todos sabemos lo que es moralidad, lo que es deber, pero, al mismo tiempo, vemos que según los países el significado de "moralidad" varía grandemente.  Del mismo modo, en todos los otros aspectos de la moralidad hallamos que la norma varía grandemente y, sin embargo, tenemos la idea de que debe haber una norma universal de moralidad. - Lo mismo pasa con el deber.. Dos caminos nos quedan: el del ignorante que piensa que sólo hay un camino hacia la verdad y que todos los otros están equivocados, y el del sabio, que admite que, según nuestra constitución mental o los distintos planos de existencia en que estamos, el deber y la moralidad pueden variar. Lo importante es saber que hay gradaciones en las normas de deber y moralidad, que el deber de un estado de la vida, en cierta clase de circunstancias, no es ni puede ser el de otro.  Nuestro primer deber es no odiarnos a nosotros mismos, porque para progresar tenemos que tener primero fe en nosotros mismos y después en Dios. El que no tiene fe en sí mismo no puede tener fe en Dios.

Tal es la idea central del karma-yoga. El karma-yogui es el hombre que comprende que el más elevado ideal es la no-resistencia y, además, que ésta es la más alta manifestación de poder cuando realmente se posee; y también sabe que lo que se llama resistencia al mal es sólo un paso en el camino que conduce a la manifestación de ese poder más elevado, es decir, a la no-resistencia. Mientras no haya llegado a este ideal más elevado, el deber del hombre es resistir al mal; debe actuar, debe luchar, debe resistir con toda su fuerza. La inactividad debe ser evitada por todos los medios. Actividad siempre significa resistencia. Resistid todos los males mentales y físicos y cuan" do logréis resistirlos entonces vendrá la calma. Es muy fácil decir: "no odies a nadie, no resistas al mal", pero nosotros sabemos lo que esto significa en la práctica. En el sistema moral hindú, hallamos que este hecho ha sido reconocido desde muy antiguos tiempos; sus escrituras y libros sobre ética, establecen diferentes reglas para las diversas clases de hombres: para el jefe de familia, para el sannyasin (El que ha renunciado al mundo) y para el estudiante. La vida de cada individuo, según las escrituras hindúes, tiene sus deberes particulares aparte de los que pertenecen en común a la humanidad toda. El hindú comienza su vida como estudiante; después se casa y se hace jefe de familia; a la vejez se retira, y, finalmente, abandona el mundo y se hace sannyasin. A cada uno de esos estados de la vida pertenecen ciertos deberes. Esos cuatro costados de vida, en la India, han sido en los últimos tiempos reducidos a dos: el de jefe de familia y el de monje. El jefe de familia se casa Y' cumple sus deberes de ciudadano, y el deber del otro es dedicar sus energías totalmente a la religión, predicar y adorar a Dios. Os leeré algunos pasajes del "Maha-Nirvana-Tantra" que tratan de este asunto y veréis que es una muy difícil tarea para un hombre, ser jefe de familia y cumplir todos sus deberes perfectamente.  "Es la cosa más difícil de este mundo trabajar y no preocuparse por los resultados; ayudar a un hombre y no pensar jamás que debe estar agradecido, hacer alguna obra buena sin mirar nunca si traerá renombre y fama, o nada del todo. El gran deber del jefe de familia es ganar el sustento, pero, debe cuidarse de no hacerlo valiéndose de la mentira, o del engaño, ni robando a los demás; tiene que recordar que su vida debe ser dedicada al servicio de Dios y de los pobres. "Sabiendo que el padre y la madre son los representantes visibles de Dios, el jefe de familia siempre y por todos los medios, debe brindarles satisfacciones. Si el padre y la madre están contentos, Dios está satisfecho con el hijo. Es, realmente, un buen hijo aquel que jamás usa palabras duras con los padres. ¡”Delante de los padres no deben hacerse bromas, ni mostrar impaciencia, ni cólera o irascibilidad. Ante el padre y la madre un hijo debe inclinarse respetuosamente, permanecer de pie en su presencia y no sentarse hasta que ellos se lo manden. Si el jefe de familia tiene comida, bebida y ropas: sin mirar primero que no carezcan de ellos su padre y su madre, sus hijos, su esposa y los pobres, comete un pecado. La madre y el padre son las causas de su cuerpo, así que el hombre debe sufrir miles de molestias por hacerles bien. "Lo mismo son sus deberes para con la esposa; nadie debe reñir a su esposa, debiendo tratarla siempre como si fuera la propia madre. Y aun cuando se halle en las mayores dificultades y trastornos, no debe enojarse con ella.  "El que piensa en otra mujer que no sea su esposa, si la toca aun mentalmente, ese hombre irá al oscuro infierno. Los siguientes son los deberes hacia los hijos: "Un hijo debe ser criado cariñosamente hasta su cuarto año; instruirlo hasta los dieciséis; a los veinte, emplearlo en algún trabajo y, entonces, ser tratado afectuosamente por el padre como a su igual.

 

"El hombre no debe decir que es pobre ni rico; y nunca jactarse de su riqueza. Que sea su propio consejero; éste es su deber religioso. Esto no es mera sabiduría mundana; si un hombre no lo hace así, debe ser tenido por inmoral.

 "El jefe de familia es la base, el sostén de toda la sociedad; el principal dador. El pobre, el débil, los niños y las mujeres que no trabajan, todos viven del jefe de familia; por lo tanto, a su cargo están ciertos deberes que debe cumplir, y para llevarlos a cabo debe sentirse fuerte y no pensar que está haciendo cosas inferiores a su ideal. Al mismo tiempo, debe luchar reciamente para lograr las siguientes cosas: en primer lugar, conocimiento, Y en segundo lugar, prosperidad. Este es su deber, y si no lo hace será un nadie. Un jefe de familia que no lucha por conseguir prosperidad, es inmoral. Si es perezoso y se contenta con llevar una vida ociosa, es inmoral porque de él dependen centenares de personas. Si logra riquezas, centenares de personas podrán vivir de ella. A menudo los hombres emprenden cosas sin contar con los medios para realizarlas, con el resultado que engañan a otros para lograr sus fines. Luego hay en todas las cosas el factor tiempo que debe tomarse en consideración; lo que en cierto momento puede ser un fracaso, tal vez, en otro, sea un grandísimo jefe de familia debe decir la verdad, hablar cordialmente, usar las palabras que agradan a la gente y que harán bien a los demás; no debe hablar de los asuntos relacionados con los otros hombres.

 

Era una antigua costumbre en la India que las princesas eligieran esposo de esta manera, teniendo cada una su idea acerca de la clase de hombre que quería para marido; unas preferían el más hermoso; otras el más erudito; otras, a su vez, el más rico, y así por el estilo... Todos los príncipes de los países vecinos se presentaban ante ella con sus más lujosos atavíos. A veces, también ellos tenían pregoneros que enumeraban ventajas y razones por las cuales esperaban que la princesa los eligiera.  Entonces, el sannyasin dijo al rey: "Rey, habéis visto que cada uno es grande en su lugar. Si queréis vivir en el mundo, vivid como aquellos pájaros, pronto en cualquier momento para sacrificarlos por los demás. Si queréis renunciar a él, sed como aquel joven para quien la más hermosa mujer y un reino nada significaron.

 

CAPÍTULO TERCERO

EL SECRETO DE LA ACCIÓN

 

Hay tres clases de ayuda. La ignorancia es la madre de todo el mal y de todo el sufrimiento. Toda acción es una mezcla de bien y mal... Cómo se forma el carácter bueno o malo. La idea central del "Bhagavad Guita" es: actuar incesantemente sin apegarse a la acción. Definición de "carácter" y explicación de las "tendencias inherentes" del individuo. Las impresiones de la vida pasada determinan el carácter.  Cristo era un devoto y Buddha un conocedor, desarrollando plena actividad, pero ambos alcanzaron la misma meta. La meta de todo es la libertad. La naturaleza debe servir al alma individual para alcanzar su perfección, no para esclavizarla. Todos los males y sufrimientos son causados por el egoísmo" El amor siempre produce felicidad. La meta del amor y la libertad es el desapego. Si podemos actuar sin idea de recompensa, la acción no producirá ligadura. El derecho y la justicia que vemos en el mundo es mera charla de niños. Hasta la justicia y el derecho deben apoyarse en la clemencia. Ayudar a otros físicamente aliviando sus necesidades físicas es, ciertamente, grande; pero la ayuda es mayor cuando la necesidad es más grande y duradera la ayuda. Si las necesidades de un hombre se pueden aliviar por una hora, el hacerla es, en verdad, ayudarle; si le pueden ser solventadas por un año, la ayuda será mejor; pero si se le eliminaran para siempre, ésta sería, seguramente, la más grande ayuda que podría prestársele. El conocimiento espiritual es la única cosa que puede destruir nuestras miserias para siempre; cualquier otro conocimiento sólo satisface las necesidades por cierto tiempo. El conocimiento del espíritu es el único que destruye para siempre la condición de necesitado; así, la ayuda espiritual es la más elevada ayuda que puede brindarse al hombre; aquel que da conocimiento espiritual es el más grande benefactor de la humanidad y como tal vemos que los hombres más poderosos son aquellos que han ayudado al hombre en sus necesidades espirituales; porque la espiritualidad es la verdadera base de todas nuestras actividades en la vida. Un hombre sano Y fuerte espiritualmente, será fuerte en todo otro aspecto, si así lo desea; mientras no haya fortaleza espiritual en el hombre ni siquiera las necesidades físicas podrán ser bien satisfechas. Después de la ayuda espiritual viene la intelectual; el dar conocimiento es mucho más elevado que dar alimento y vestido; es aun más grande que dar la vida a un hombre, porque la vida real de éste consiste en el, conocimiento; la ignorancia es muerte, el conocimiento, vida. La vida es de muy poco valor si transcurre en la oscuridad, marchando a tientas entre la ignorancia y la desdicha. Sigue en orden, naturalmente, la ayuda física. Por lo tanto, al considerar la cuestión de ayudar a los demás, debemos tratar siempre de no cometer el error de creer que la ayuda física es la única que puede brindarse; no sólo es la última sino la menor, pues no puede producir satisfacción permanente. Así es que, la ayuda que tiende a hacernos espiritualmente fuertes es la más elevada, luego sigue la intelectual y después la física. El sufrimiento del mundo no puede ser remediado solo por .la ayuda física; en tanto que la naturaleza del hombre sufra cambios, esas necesidades físicas surgirán siempre y las desventuras serán continuamente sentidas sin que ninguna suma de ayuda física pueda remediarlas completamente. Podemos hacer de cada casa un asilo; podemos llenar la tierra de hospitales, las desdichas humanas continuarán existiendo mientras el hombre no cambie su carácter.

 

Leemos en el "Bhagavad-Guita", repetidas veces, que todos debemos actuar incesantemente. Todo esto está, por naturaleza, compuesto de bien y mal. No podemos llevar a cabo ningún acto que produzca algún bien en alguna parte; ni puede haber alguno que no cause daño en parte alguna. Cada tarea ha de ser, necesariamente una mezcla de bien y mal; sin embargo, el mandato es que debemos actuar incesantemente. Ambos, bien y mal, producirán sus resultados, producirán su karma. Esta es la idea central del "Guita": obrar incesantemente sin apegarse a la obra. Samskara puede ser traducido, aproximadamente, como "tendencia inherente". Usando el símil de un lago para la mente, pequeña o gran ola que en ella se produce, al desaparecer no muere enteramente sino que deja una huella y una futura posibilidad de que surja de nuevo. Esto es, realmente, lo que llamamos carácter; y éste, en cada hombre, está determinado por la suma total de esas impresiones. Si prevalecen las buenas, el carácter se vuelve bueno, si las malas, malo. Si un hombre oye continuamente malas palabras, piensa malos pensamientos y ejecuta malas acciones, su mente estará llena de malas impresiones; y éstas influenciarán su pensamiento y actos sin que él sea consciente de ello. Similarmente, si un hombre piensa buenos pensamientos y ejecuta buenas obras, la suma total de esas impresiones será buena y le forzará a hacer el bien, aun a despecho de sí mismo. Por este continuo reflejo de buenos pensamientos, buenas impresiones que se mueven en la superficie de la mente, la tendencia para hacer el bien se hace fuerte, y como resultado nos sentimos capaces de controlar los indriyas (los órganos de los sentidos, los centros nerviosos). Sólo así se afirmará el carácter; sólo entonces adquiere un hombre la verdad; un hombre así está seguro para siempre; no puede hacer mal alguno; podéis ponerle en cualquier compañía; no habrá peligro alguno para él. Hay todavía un estado más elevado que el de tener esta buena tendencia, y es el deseo de lograr la liberación. Debéis recordar que la libertad del alma es la meta de todos los yogas y cada uno de ellos lleva igualmente al mismo resultado. Por solo el trabajo pueden los hombres llegar a donde llegó Buddha en gran parte, por la meditación y Cristo por la oración. De la misma manera, las malas tendencias han de ser contrarrestadas por las buenas y las malas impresiones de la mente, reemplazadas por las frescas ondas de las buenas, hasta que todo lo malo desaparezca casi por completo o sea sometido y tenido bajo control en un rincón de la mente; pero después de esto, las buenas tendencias tienen también que ser conquistadas. ¿Cómo puede lograrse esto? Vemos que las impresiones de cualquier acción a la cual nos ligamos, perdura. Puedo encontrar cientos de personas durante el día y entre ellas una a quien amo; cuando me retiro a la noche yo puedo tratar de recordar todas las caras que he visto, pero sólo una se presenta en mi mente: la que sólo vi., quizá, un minuto y a la cual amo; todas las otras se han desvanecido.

Por consiguiente, sed "desapegados"; dejad que las cosas actúen; que actúen los centros cerebrales; actuad incesantemente, pero que ni una sola onda conquiste la mente. Recordad aquel gran dicho de la filosofía sankhya: "La totalidad de la naturaleza es para el alma, no el alma para la naturaleza". La naturaleza existe por una sola razón: la educación del alma individual; no tiene otro significado; está aquí por que el hombre debe tener conocimiento Y por el conocimiento debe liberarse.

 

La clave de esta enseñanza es que debéis actuar como "amo" y no como "esclavo"; actuad incesantemente, pero no trabajéis como esclavos. ¿No veis cómo todos trabajan? Nadie puede estar enteramente en reposo; el noventa y nueve por ciento de los hombres trabajan como esclavos, y el resultado es la desdicha; todo es trabajo egoísta. ¡Trabajad en la libertad! ¡Trabajad en el amor! La palabra “amor" es muy difícil de comprender; el amor no llega hasta tanto no hay libertad. No hay posibilidad de verdadero amor en el esclavo.  La existencia real, el conocimiento real y el amor real están eternamente relacionados entre sí, los tres en uno; donde está uno de ellos los otros tienen que estar también; son los tres aspectos del uno sin segundo Existencia - Conocimiento - Dicha-. Cuando esta existencia se hace relativa, la vemos como el mundo; este conocimiento se modifica a su vez en el conocimiento de las cosas del mundo; y esta dicha constituye la base de todo verdadero amor que el corazón del hombre ha conocido. Por lo tanto el verdadero amor nunca puede reaccionar de modo que cause dolor ni al amante ni al amado. Suponed que un hombre ama a una mujer; la quiere toda para sí solo y siente violentos celos de ella a cada momento; quiere que esté sentada cerca de él, que esté junto a él y que coma y se mueva a su pedido. Es un esclavo de ella y quiere tenerla como esclava suya. Esto no es amor, es una especie de afecto mórbido del esclavo, que se insinúa como amor.  Donde quiera hay apego, atracción por las cosas mundanales, debéis saber que todo ello es atracción física entre grupos de partículas de materia; algo que atrae dos cuerpos cada vez más cerca y si no pueden juntarse lo bastante produce dolor; pero donde hay amor real no descansa de ninguna manera en la atracción física. Tales amantes pueden estar a mil millas uno del otro y su amor será siempre el mismo; no muere y nunca producirá ninguna reacción dolorosa.

Hablamos con frecuencia del derecho y la justicia, pero vemos que en el mundo derecho y justicia es mera charla de niños. Hay dos cosas que guían la conducta de los hombres: el poder y la compasión. El ejercicio del poder es invariablemente ejercicio del egoísmo. Todos los hombres y mujeres tratan de aprovechar lo más que pueden cualquier poder o ventaja que tengan. La compasión es el cielo mismo; para ser buenos debemos todos ser clementes. Hasta la justicia y el derecho deben apoyarse en la clemencia. El hombre in egoísta y desapegado puede vivir en el antro mismo del vicio de una populosa ciudad y no será tocado por el vicio. Cuando principié a aprender inglés leí en un libro de cuentos, uno acerca de un niño bueno que iba a trabajar y le daba algo de lo que ganaba a su anciana madre, y esto era ensalzado a lo largo de, tres o cuatro páginas. ¿Qué significaba esto? Ningún niño hindú podrá comprender jamás la moraleja de este cuento. Y yo la comprendo recién ahora al oír hablar de la idea occidental: cada hombre debe vivir para sí mismo. Y algunos hombres se quedan con todo abandonando a padres, madres, esposas e hijos. 'Nunca, ni en parte alguna debe ser éste el ideal del jefe de familia.

 

Ahora veis lo que significa karma-yoga: aun a costa de la vida ayudar a cualquiera, sin indagar nada. Aunque os engañen un millón de veces no preguntéis nunca, ni penséis jamás en lo que estáis haciendo. Nunca os jactéis por dar limosnas a los pobres ni esperéis su gratitud; más bien estadles agradecidos porque os dan la ocasión de practicar la caridad. Así, pues, veis claramente que ser un jefe de familia ideal es mucho más difícil que ser un sannyasin ideal; una vida de verdadera acciones, ciertamente, tan dura, si no más, que una verdadera vida de renunciación.

 

CAPITULO CUARTO ¿QUE ES EL DEBER?

 

 

Diferentes ideas acerca del deber. El "Bhagavad Guita" y el deber.  Ningún hombre ha de ser juzgado por la mera naturaleza de los deberes; debe juzgarse por la manera y el espíritu con que se ejecutan.  El deber se hace agradable por el amor. Hay que saber aguantar las asperezas de la vida.  El amor de madre es la prueba del más grande inegoísmo; solo lo supera el amor de Dios. Podemos superamos haciendo el deber más cercano y así acumulando fuerzas para alcanzar un estado más elevado. La recta ejecución de los deberes en cualquier condición o etapa de la vida, conduce la más alta realización de la perfección del alma individual. La competencia despierta la envidia y mata la bondad del corazón. Estemos siempre dispuestos a arrimar el hombro a la rueda cuando haya que desatascar el carro.

 

Es necesario en el estudio del karma-yoga saber qué es el deber. Si tengo que hacer algo debo saber primero que ése es mi deber, y entonces podré hacerla. Además, entre los pueblos hay diferentes ideas acerca del deber. Los mahometanos dicen que lo que está escrito en el Corán, es su deber; los hindúes, que lo que está en los Vedas es su deber, y los cristianos, que su deber es lo que está en la Biblia. Vemos que hay diversas ideas del deber, que cambian acorde con las distintas etapas de la vida, diferentes períodos históricos y los diferentes pueblos. El término "deber", como ocurre con cualquier otro término abstracto universal, es imposible de definir claramente; sólo podemos hacernos una idea de lo que es por el conocimiento de su modo práctico de obrar y sus resultados. Cuando ciertas cosas ocurren ante nosotros, tenemos todo un impulso natural o adquirido a obrar de cierta manera con respecto a ellas; cuando viene este impulso, la mente comienza a pensar acerca de la situación; unas veces, piensa que es bueno obrar de cierto modo dadas ciertas condiciones, y otras, que es erróneo verlo así aun en circunstancias idénticas. La idea del deber es, en todas partes, que todo hombre bueno debe seguir los dictados de su conciencia. Pero, ¿qué es eso que hace de un acto un deber? Si un cristiano encuentra un pedazo de carne vacuna y no la come para salvar su propia vida, o no la da para salvar la de otro, sin duda, sentirá que no ha cumplido con su deber. Pero si un hindú se atreve a comerla o darla a otro, con seguridad que sentirá, también, no haber cumplido su deber; la costumbre y la educación del hindú se lo harán sentir así En el siglo último hubo en la India notables bandas de ladrones llamados thugs; creían que su deber era matar a todo el que pudieran y quitarle su dinero; cuanto mayor era el número de víctimas tanto mejor pensaban de ellos mismos. Comúnmente, si un hombre sale a. la calle y le tira un tiro a otro, se siente paternalmente afligido por ello, pensando que ha hecho mal; -pero si este mismo hom- bre, como soldado de un regimiento, mata no uno sino veinte, seguro que se sentirá satisfecho y pensará que ha cumplido con su deber perfectamente bien. Por lo tanto, vemos que no es lo que se hace lo que define un deber. Dar una definición objetiva del deber es, pues, enteramente imposible. Sin embargo, existe el deber desde el punto de vista subjetivo. Cualquier acción que nos acerca a la divinidad es buena, y es nuestro deber; toda acción que nos rebaja, es mala y no es nuestro deber.  Desde este punto de vista, vemos qué ciertos actos tienen tendencia a exaltarnos y ennoblecernos, mientras otros tienden a degradamos y embrutecemos. Pero no es posible establecer, con certeza, la tendencia que tendrán determinados actos en relación a todos los individuos, según su clase y condición. Hay, empero, una sola idea del deber que ha sido universalmente aceptada por toda la humanidad, en todas las épocas, sectas y países, y que ha sido sintetizada en un aforismo sánscrito, así: -"No hagas dañó a ningún ser; no hacer daño a ser alguno, es virtud; hacer daño a cualquiera, es pecado'.

 

El Bhagavad Guita" alude, frecuentemente, a los deberes que dependen del nacimiento y posición social en la vida. El nacimiento y posición en la vida, y en la sociedad, determinan, en gran parte, la actitud moral y mental de los individuos hacia las varias actividades de la vida. Por lo tanto es, nuestro deber llevar a cabo aquella obra que nos exalte y ennoblezca, de acuerdo con las actividades e ideales de la sociedad en la cual hemos nacido. Pero, debemos recordar, muy particularmente, que los ideales y actividades no son los mismos en todas las sociedades y países; nuestra ignorancia de esto es la causa principal de gran parte de la aversión que sienta un pueblo por otro. El americano piensa que todo lo que hace de acuerdo con las costumbres de su país es lo mejor que se puede hacer y que el que no las siga debe ser muy malvado. El hindú cree que sus costumbres son las mejores del mundo y las únicas correctas, y que quien no las practique ha de ser el peor de los seres vivientes. Este es un error muy natural que todos estamos propensos a cometer. Pero es muy perjudicial y es causa de la mitad de la dureza existente en el mundo. Cuando vine a este país, yendo por la Exposición de Chicago, se acercó alguien por detrás y me tiró del turbante. Volví el rostro y vi que era un hombre muy bien vestido y de distinguida apariencia. Le hablé y cuando vio que yo sabía inglés se quedó muy abochornado. En otra ocasión, hallándome en la misma exposición, otro me dio un empujón. Cuando le pregunté por qué lo hacía, también se avergonzó y balbuceó una disculpa diciendo: "¡Por qué os vestís de esa manera.!". Las simpatías de estos hombres estaban limitadas por las vallas de su propio lenguaje y costumbres en el vestir. Mucha de la opresión de las naciones poderosas sobre las débiles es causada por este prejuicio; seca su fraternidad para con sus semejantes. Aquel mismo hombre que me dijo por qué no me vestía como él y que necesitó maltratarme a causa de mi traje, .puede que fuera un hombre muy bueno, buen padre y buen ciudadano; pero la bondad de su naturaleza murió en cuanto vio un hombre vestido de modo diferente. Los forasteros son explotados en todos los países, porque no saben cómo defenderse; por eso llevan a su tierra falsas impresiones de los pueblos que han visto. Los marinos, soldados y comerciantes se portan en los países extraños de una manera muy singular, aunque ni soñarían hacerlo así en su propio país; tal vez por esto los chinos llaman a los europeos y americanos "diablos extranjeros". No harían esto si hubiesen visto el lado bueno y generoso de la vida occidental. Hagamos lo que es nuestro deber por nacimiento; y una vez hecho éste hagamos el que nos corresponda por nuestra posición en la vida y en la sociedad. Hay, sin embargo, un gran peligro en la naturaleza humana: que el hombre nunca se examina a sí mismo. Se cree tan digno de sentarse en el trono como el mismo rey. Aunque lo sea debe demostrar primero que ha cumplido con los deberes de su propia posición; y después ya le ven- drán otros más elevados. Cuando principiamos a trabajar afanosamente en el mundo, la naturaleza nos golpea a derecha e izquierda y pronto nos hace bailar nuestra posición apropiada. Ningún hombre puede ocupar satisfactoriamente por mucho tiempo una posición para la cual no es apto. De nada sirve el quejarse por los arreglos de la naturaleza. Quien ejecuta una tarea inferior no es por eso, un hombre inferior. Ningún hombre ha de ser juzgado por la mera naturaleza de sus deberes; todos debemos ser juzgados por la manera y el espíritu con que los ejecutamos. ¿Cómo, si no fuera así, podrían los padres cumplir los deberes para con sus hijos, los esposos para con sUs esposas y viceversa? ¿No nos encontramos con casos de rozamiento todos los días de nuestra vida? El deber es grato sólo por el amor y el amor solamente brilla en la libertad. ¿Es disfrutar de la libertad el ser esclavo de los' sentidos, del enojo, de los celos Y otro centenar de mezquindades que pueden ocurrir a diario en la vida humana? En todas esas asperezas que encontramos en la vida, la más alta expresión de la libertad es soportarlas con paciencia. Las mujeres, esclavas de sus propios temperamentos irritables y celosos, tienen propensión a culpar a sus maridos  y afirmar su "libertad", como ellas creen, sin saber que por ello sólo prueban que son esclavas. Lo mismo ocurre a los maridos que eternamente encuentran faltas en sus mujeres. El aspecto de madre es el más elevado en el mundo, pues, es el único que nos brinda la posibilidad de aprender y de ejercitar el más grande inegoísmo. El amor de Dios es el único que supera al amor de madre; todos los otros son inferiores. El deber de la madre es pensar primero en sus hijos y después en sí misma. Pero, si en vez de esto, los padres piensan siempre en ellos primero, el resultado es que entre los padres y los hijos se establece la misma relación que entre los pájaros y su descendencia, que tan pronto como pueden volar desconocen a sus padres. Bienaventurado es, ciertamente, el hombre que puede considerar a todas las mujeres como la representación de la Maternidad de Dios. Bienaventurada también, la mujer para la cual el hombre representa la Paternidad de Dios Bienaventurados son los hijos que consideran a sus padres como la Divinidad manifiesta en la tierra.

 

 

 

Existe un sabio en la India, un gran yogui, uno de los hombres más asombrosos que he visto en mi vida es original, no enseña a nadie; si le hacéis una pregunta no os contestará, pues es demasiado para él asumir la actitud de maestro, pero si aguardáis algunos días, en el curso de una conversación hará que ésta recaiga sobre el asunto y proyectará sobre él una luz asombrosa. Me dijo que el secreto de la acción es: "Que el fin y los medios se unan y sean una misma cosa". Cuando hagáis cualquier cosa no penséis en nada más. Hacedla como una adoración, como el más elevado culto, y dedicad toda vuestra vida a ella mientras dure su ejecución. Así, en el cuento que antes referí, el vyadha y la mujer cumplieron su deber con toda alegría y de todo corazón y el resultado fue que llegaron a la iluminación; lo cual demuestra claramente que la recta ejecución de los deberes en cualquier condición o etapa de la vida, sin ligarse a los resultados, conduce a la más alta realización de la perfección del alma individual. Sigamos actuando, cumpliendo, mientras avanzamos, con cualquier deber que se nos presente y siempre dispuestos a arrimar el hombro a la rueda cuando haya que desatasca un carro. ¡Entonces, con seguridad, veremos la Luz!

 

 

 

CAPÍTULO QUINTO

 

NOS AYUDAMOS A NOSOTROS MISMOS CUANDO PENSAMOS QUE AYUDAMOS AL MUNDO

 

Toda religión consta de tres partes: filosofía, mitología y ritual. Los símbolos son necesarios para el culto. "Nombre y forma" son inseparables.  El pensamiento y la palabra, también, son inseparable. A medida que envejecemos el mundo nos hace insensibles. La creación se manifestó por el Verbo (por la Palabra Divina). Poder de la palabra. Psicología de la ayuda. ¿Por qué hemos de hacer bien al mundo? El mundo no es bueno ni malo; cada uno lo concibe a su manera. Hacer el bien no es el más elevado motivo de la acción. Es un error pensar que el fanatismo influye en el progreso del ser humano. Ayudando al mundo nos ayudamos a nosotros mismos;  Hay un Dios en este universo; todos los cambios y manifestaciones del mundo son Suyos;  No debemos odiar a nadie; el mundo es un gran gimnasio moral donde nos ejercitamos para elevamos espiritualmente;  No debemos ser fanáticos porque el fanatismo es opuesto al amor.

Antes de considerar más extensamente la forma en que la devoción al deber nos ayuda en nuestro progreso espiritual, permitidme que abra un breve paréntesis para presentaros otro aspecto de lo que en la India designamos por karma. Todas las religiones constan de tres partes: filosofía, mitología y ritual La filosofía es, naturalmente, la esencia de cada religión; la mitología la explica e ilustra por medio de las más o menos legendarias vidas de los grandes hombres, relatos y fábulas, de cosas asombrosas, etc.; el ritual da a esa filosofía una forma todavía más concreta para que todo el mundo pueda alcanzarla -el ritual es, en efecto, la filosofía llevada a. lo concreto-. Este ritual es karma; es necesario en toda religión, porque muchos de nosotros no podemos comprender las cosas espirituales abstractas hasta haber crecido mucho espiritualmente. Es fácil para los hombres pensar que pueden comprenderlo todo, pero cuando llegan a la experiencia práctica se encuentran con que las ideas abstractas, frecuentemente, son muy difíciles de entender. Por lo tanto, los símbolos son un gran auxiliar y no podemos prescindir del método simbólico de presentarnos las cosas. Desde tiempo inmemorial los símbolos han sido usados por todas las religiones. En cierto sentido, no podemos pensar sino con símbolos; las palabras mismas son símbolos del pensamiento. En otro sentido, todas las cosas en el universo pueden ser consideradas como un símbolo. El universo entero es un símbolo y en él se oculta la esencia.: Dios. Esta especie de simbología no es mera creación del hombre; no ocurre que ciertas personas pertenecientes a una religión se reúnan, inventen algunos símbolos, y así los produzcan de su propia mente. Los símbolos de religión tienen un crecimiento natural. Si así no fuera, ¿por qué determinados símbolos están asociados con determinadas ideas en la mente de casi todos? Ciertos símbolos prevalecen universalmente. Muchos de vosotros creeréis que la cruz nació por vez primera a la existencia como símbolo relacionado con el cristianismo, pero es un hecho comprobado que antes de que el cristianismo existiera, antes que naciera Moisés que los Vedas aparecieran ni que hubiese ningún registro de las cosas humanas, ya existía este símbolo. Se sabe que la cruz ha existido entre los aztecas y fenicios; parece que todas las razas han tenido la cruz. Además el símbolo del Salvador crucificado, de un hombre clavado en la cruz, parece que ha sido conocido por casi todos los pueblos. El círculo ha sido un gran símbolo en todo el mundo. Por otra parte, hay el más universal de todos los símbolos: la suástica.' Durante cierto tiempo se creyó que los budistas la llevaron consigo por todo el mundo, pero se ha descubierto que en épocas remotas, muy anteriores al budismo, ya la usaban otros pueblos. Hallóse en la antigua Babilonia y en Egipto. ¿Qué demuestra esto? Que todos esos símbolos no pudieron ser puramente convencionales. Deben tener alguna razón de ser; debe existir alguna asociación natural entre ellos y la mente humana. El lenguaje no es el resultado de una convención; no es que las personas jamás se hayan puesto de acuerdo para representar ciertas ideas mediante determinadas palabras; nunca hubo idea sin la palabra correspondiente, ni palabra sin su determinada idea; una y otra son inseparables en su naturaleza. Es tan imposible crear convencionalmente un sistema de símbolos como crear un lenguaje. En los símbolos ritualistas del mundo tenemos una expresión del pensamiento religioso de la humanidad. Es fácil decir que son inútiles los rituales, templos y otros elementos de adorno; cualquier niño dirá esto en los tiempos modernos. Pero, también será fácil para todos ver que quienes hacen su culto en un templo son en muchos aspectos diferentes de los que no lo hacen en él. Por consiguiente, el asociarse con los templos especiales, los rituales y otras formas concretas de cada religión, tiende a despertar en la mente de los fieles las ideas simbolizadas por esas cosas concretas; y no se demuestra buen juicio al ignorar del todo los rituales y simbología. El estudio y práctica de esas cosas constituye, naturalmente, una parte del karma yoga.

 

La naturaleza humana, empero, se impone algunas veces y nos lleva a inquirir y considerar alguna de esas comunes - ocurrencias; este deseo de saber es el primer paso hacia la luz. Aparte del alto valor filosófico y religioso de la Palabra vemos que los símbolos sonoros desempeñan una parte importante en el drama de la vida humana. ! Pensad en el poder de las palabras !Son una gran fuerza tanto en la más alta filosofía como en la vida común. Noche y día manipulamos esta fuerza sin pensarlo, sin indagar lo que es. Conocer la naturaleza de esta fuerza y utilizarla bien es también una parte de karma-yoga. Nuestro deber hacia los demás significa ayudarles; hacer bien al mundo. ¿Por qué hemos de hacer bien al mundo? Aparentemente, para ayudar al mundo, pero, en realidad es para ayudarnos a nosotros mismos. Tratar siempre de ayudar al mundo debería ser nuestro más elevado móvil; pero si lo consideramos bien, hallamos que el mundo no necesita en absoluto nuestra ayuda. Este mundo no fue hecho para que vosotros o yo viniéramos a ayudarlo. Este mundo no es ni bueno ni malo; cada hombre concibe su propio mundo. Si un ciego se pone a pensar acerca. Del mundo, para él será blando o duro, frío o caliente. Somos una masa de felicidad o infortunio; esto lo hemos comprobado cientos de veces en nuestras vidas. Generalmente, los jóvenes son optimistas y los viejos pesimistas. El joven tiene la vida ante sí; el viejo se queja de que su tiempo pasó; centenares de deseos que no fueron satisfechos luchan en sus corazones. Ambos son insensatos, sin embargo. La vida es buena o mala según el estado de mente con que la consideramos; por sí misma no es nada.. El fuego, en sí, no es bueno ni malo. Cuando nos calienta decimos: "¡Qué lindo fuego!" Cuando nos quema los dedos, lo maldecimos. Este mundo. Es perfecto. Por perfección significamos que está admirablemente adaptado a sus fines. Todos podemos estar enteramente seguros de que marchará completamente bien sin nosotros y no hay necesidad de que nos rompamos la cabeza por ayudarle.

 

 Sin embargo, necesitamos hacer el bien; el deseo de hacer el bien es la más potente fuerza motriz que poseemos si somos Conscientes durante todo el tiempo que es un privilegio ayudar a los demás. Debemos obrar y hacer el bien constantemente porque es una bendición para nosotros mismos. Esta es la única manera de llegar a ser perfectos. Ninguno de los mendigos a quienes hemos ayudado nos debe un solo centavo, nosotros se lo debemos todo porque nos han permitido practicar la caridad con ellos. Es completamente erróneo pensar que nosotros hemos hecho o podemos hacer bien al mundo, o creer que hemos ayudado a tales y cuales personas. Había un pobre hombre que necesitaba algún dinero y, no se sabe cómo, había oído que si se podía conseguir un duende era posible mandarle traer dinero o lo que quisiera; así pues, estaba muy ansioso de disponer de uno y salió a buscar a alguien que le enseñara a capturarlo. Al fin, halló un sabio que poseía grandes poderes y le pidió ayuda. El sabio le preguntó para qué quería al duende. "Lo quiero para que trabaje por mí; enseñadme cómo puedo conseguirlo, señor, porque lo deseo mucho", replicó el hombre. Pero el sabio le dijo. "No os compliquéis, idos a casa". Al día siguiente fue nuestro hombre otra vez a ver al sabio y principió a lamentarse y suplicar: "Dadme un genio; yo necesito un genio, señor, ayudadme". Al fin el sabio se cansó y le dijo: "Tomad este talismán, repetid tal palabra mágica y se os presentará un genio que hará todo lo que le mandéis. Pero, tened cuidado; son seres terribles y deben tenerse constantemente ocupados; si dejarais de darle trabajo' os quitaría la vida". El hombre replicó: "Quedaos tranquilo, le he de dar trabajo para toda su vida". Entonces se fue a un bosque y tras larga repetición de la palabra mágica un enorme duende se le presentó y dijo: "Yo soy un duende, he sido conquistado por vuestra magia, debéis tenerme ocupado constantemente, si no, en el momento que dejéis de darme ocupación os mataré". El hombre le ordenó: "Construidme un palacio". "Ya está hecho", le contestó, "el palacio está construido". "Traedme dinero", díjole luego. "Aquí está el dinero", repuso el duende. "Talad este monte y edificad una ciudad en su lugar". "Está hecho", contestó, "¿algo más?". Entonces el hombre comenzó a tener miedo de que no tuviera nada que mandarle; lo hacia todo en un instante. El duende no esperó. "Si no me dais qué hacer os comeré", le dijo. El pobre hombre estaba aterrorizado, no hallaba más ocupación que darle; preso de espanto echó a correr y correr hasta que llegó al sabio, a quien dijo: "¡OH, señor, proteged mi vida!" Preguntándole éste qué le pasaba, el hombre contestó: "Que no tengo nada para darle a hacer al duende; todo lo que le mando lo hace en un momento y me amenaza con comerme si no le doy más trabajo". Justo en ese momento" llegó el duende diciendo: "Os voy a comer", y se disponía a hacerlo. El hombre comenzó a temblar y suplicaba al sabio salvara su vida éste le dijo: "Yo os hallaré una' escapatoria. Id en busca de aquel perro que tiene la cola enroscada. Sacad rápidamente vuestra espada, cortársela y se la dais al duende para que la enderece". El hombre así lo hizo. Cogió el genio la cola y lenta y cuidadosamente la enderezó, pero en cuanto la soltaba se enroscaba de nuevo. Volvió, laboriosamente, a enderezarla, solamente para hallar otra vez que se enroscó apenas la soltó. De nuevo la enderezó, pacientemente, y vuelta a enroscarse en cuanto la soltaba. Así pasó días y días hasta que cansado dijo: "Jamás me encontré en tal aprieto en' mi vida; soy un viejo y veterano duende pero nunca me vi en dificultad semejante. Haré un trato con vos", dijo al hombre, "permitid que me vaya, os dejaré todo lo que os he dado - y prometo no haceros daño alguno". El hombre se puso muy contento y aceptó alegremente la oferta.  Este mundo es como la cola enroscada del perro, la gente ha pugnado por enderezarla durante centenares de años, pero, en cuanto la sueltan, se enrosca de nuevo. ¿Cómo podría ser de. otro modo? Primero uno tiene que aprender a actuar sin apego, entonces no será un fanático. Cuando sepamos que este mundo es como la cola enroscada de un perro y que nunca se enderezará, no seremos fanáticos. Si no hubiese fanatismo' en el mundo 'habría mucho más, progreso que el que hay actualmente. Es un error creer que el fanatismo influye en el progreso del género humano. A la inversa, es un elemento retardatorio que alimentando el odio y la cólera, lanza a los pueblos unos contra otros, y hace des aparecer la simpatía entre los hombres. Primero, debemos grabar en la mente que todos somos deudores del mundo y que él nada nos debe. Que es un gran privilegio para todos nosotros que se nos permita hacer algo por el mundo. Ayudando al mundo, en realidad nos ayudamos a nosotros mismos. El segundo punto es, que hay un Dios en este universo. No es cierto que es como un barco sin brújula, a merced de los vientos, ni tenga necesidad de vuestra ayuda ni de la mía. Dios está siempre presente en él. Es inmortal, eternamente activo y vigilante. Cuando todo el universo duerme, Él vela; está obrando incesantemente; todos los cambios y manifestaciones del mundo son Suyos. Tercero, no debemos odiar a nadie. Este mundo continuará siendo siempre una mezcla de bien y mal. Nuestro deber es simpatizar con los débiles y querer hasta a los perversos. El mundo es un gran gimnasio moral en el cual todos tenemos que ejercitamos para llegar a ser más y más fuertes espiritualmente. Cuarto, no debemos ser fanáticos en modo alguno, porque el fanatismo es opuesto al amor. Oiréis decir, con toda ligereza a los fanáticos: "Yo no odio al pecador sino al pecado"; pero yo estoy dispuesto a ir a cualquier parte. por lejos que sea. para ver la cara del hombre que puede realmente, hacer una distinción entre el pe- cado y el pecador. Es muy fácil decirlo. Si pudiésemos distinguir bien entre cualidad y sustancia, nos convertiríamos en hombres perfectos. No es fácil hacerlo. Y además de todo esto, cuanto más tranquilos seamos y menos alterados estén nuestros nervios, amaremos más y mejor será la obra que realicemos

 

 

CAPITULO SEXTO

 

EL DESAPEGO EN LA ACCIÓN ES ABNEGACIÓN TOTAL

 

 

El pensamiento y la influencia de su poder no se destruyen. El mal multiplica el mal. Según el karma-yoga toda acción da su fruto, y buenas o malas, las acciones están íntimamente relacionadas. Todo acto produce buenos y malos frutos al mismo tiempo. La vida es una continua lucha entre nosotros y lo externo y hablar de una "vida perfecta" es expresar una contradicción de términos.  El mundo nunca podrá ser totalmente bueno. La felicidad no está en el mundo, se disfruta en el inegoísmo. La entrega a Dios es la base de toda religión y ética. Hay cuatro tipos de hombres en este mundo.  Pravritti (atraer) y nivritti (repeler) se relacionan a la naturaleza de la acción. El sendero de la acción conduce a la misma meta que el de la sabiduría y el de la devoción. La verdadera abnegación. El "Bhagavad Guita" acerca del desapego en la acción. El actuar en el mundo no debe tener como meta la búsqueda del placer. La acción adecuada es la que se ejecuta sin apego. El mundo no necesita ninguna ayuda. Sólo el egoísmo produce la diferencia entre bien y mal. Para el hombre que ha logrado el dominio de sí mismo no existe más la esclavitud. Cómo ven el mundo los optimistas y cómo lo ven los pesimistas. Fin del karma-yoga en la vida práctica: total abnegación. Todos los yogas nos llevan al mismo fin y nos hacen perfectos; todo el secreto está en la práctica. Así como cada acción que emana de nosotros nos vuelve como reacción, también nuestras acciones pueden obrar sobre otras personas y las de éstas sobre nosotros. Quizá todos habréis observado que cuando las personas cometen malas acciones se vuelven más y más malvadas, y que cuando principian a hacer el bien se vuelven más y más fuertes y aprenden a hacer el bien en todas las ocasiones. Esta intensificación de le influencia de la acción sólo se explica de este modo: porque podemos actuar y reaccionar unos sobre otros. Tomemos un ejemplo de la ciencia física: mientras ejecuto una acción dada, puede decirse que mi mente vibra de cierta manera; todas las mentes que se hallen en estados similares, tendrán la tendencia a ser afectadas por mi mente. Si en una habitación hay diferentes instrumentos musicales afinados al mismo tono, notaréis que cuando se toca uno, los otros tienden a vibrar reproduciendo la misma nota. Del mismo modo, todas las mentes que tienen la misma tensión, por así decirlo, serán igualmente afectadas por el mismo pensamiento. Naturalmente, esta influencia del pensamiento sobre la mente varía de acuerdo con la distancia y otras causas, pero la mente está siempre dispuesta a ser afectada. Suponed que estoy haciendo algo malo, mi mente vibra de cierto modo y todas las mentes del universo que estén en un estado similar tienen la posibilidad de ser afectadas por la vibración de mi mente. Por otra parte, cuando estoy haciendo una buena acción mi mente vibra de otro modo y todas las mentes que estén al unísono con la mía tienen la posibilidad de ser afectadas por ella; y este poder de una mente sobre otra es mayor o menor según sea más o menos grande la fuerza de la tensión. Todo pensamiento proyectado por cada cerebro sigue vibrando, por decirlo así, hasta que encuentra el objeto apto para recibirla. Cualquier mente abierta para recibir esos impulsos los captará inmediatamente. Así, cuando un hombre hace malas acciones pone su mente en cierto estado de vibración, y todas las ondas que correspondan a esta misma tensión y que, podemos decir, ya están en la atmósfera, pugnarán por entrar en su mente. Esta es la causa por la que un malhechor, generalmente, se hace cada vez más malo. Corremos un doble peligro al hacer mal; primero, nos abrimos a todas las malas influencias que nos rodean, y segundo, creamos mal que afectará a otros, tal vez, de aquí a centenares de años. Al hacer el mal nos dañamos a nosotros mismos y, también a otros. Al hacer el bien nos lo hacemos a nosotros mismos y al mismo tiempo a los otros, -y, como todas las otras fuerzas del hombre, las del bien y el mal también recogen fuerza del exterior.

Según el karma-yoga la acción que uno ha hecho no puede ser destruida hasta que no haya dado sus frutos; ningún poder en la naturaleza puede impedir el que dé sus resultados. Si yo hago una mala acción tengo que sufrir por ella; no hay poder en este universo capaz de evitarlo o detenerlo. Similarmente, si hago algo bueno, no existe poder en el universo que impida sus buenos resultados. La causa debe tener su efecto; nada puede impedir ni con- trolar esto. Ahora se presenta una cuestión muy sutil y seria acerca del karma-yoga, y es ésta: que nuestras acciones, buenas y malas, están íntimamente relacionadas unas con otras. No podemos trazar una línea de demarcación y decir: esta acción es enteramente buena y esta otra, enteramente mala. No hay acto que no produzca buenos y malos frutos al mismo tiempo. Aquel que en la buena acción ve que hay algún mal y que en medio del mal descubre algún bien, ha conocido el secreto de la acción. Aunque actuemos durante toda la eternidad no conseguiremos salir de esta intrincada maraña; podéis seguir 'actuando. y actuando sin cesar; no terminará nunca esa inevitable asociación de bien y mal en el resultado de la acción.  El segundo punto a considerar es: ¿cuál es el fin de la acción? Veamos que la mayor parte de la gente en todos los países, cree que llegará un tiempo en que este mundo será perfecto, que no habrá enfermedades, ni muerte, ni desdichas, ni maldad. Esta es una idea muy buena, un poderoso acicate para inspirar y hacer creer a los ignorantes, pero si pensamos un momento, enfrentando bien el problema veremos que no puede ser así. ¿Cómo puede ser, si vemos que el bien y el mal son el anverso y reverso de la misma medalla? ¿Cómo puede existir bien sin mal al mismo tiempo? ¿Qué es lo que se quiere decir por perfección? Vida perfecta es una contradicción de términos. La vida en sí es un estado de continua lucha entre nosotros y todo lo externo. En todo momento estamos luchando con la naturaleza externa, y si nos vence perdemos nuestra vida. Es, por ejemplo, una lucha continúa por tener alimento y que no nos falte el aire. Si nos falta uno u otro morimos. La vida no es una cosa simple que se deslice suavemente, sino un complejo conjunto de efectos. Esta complicada lucha entre algo interno y el mundo externo es lo que llamamos vida. Por lo tanto, es evidente que cuando cesa esa lucha termina la vida. Lo que se entiende por felicidad ideal, es la cesación dé esta lucha. Pero entonces la vida acabará, porque la lucha sólo cesa cuando la vida llega a su término. Hemos visto ya que ayudando al mundo nos ayudamos a nosotros mismos.  Hallaréis varias clases de hombres en este mundo. Primero están los hombres divinos, cuya abnegación es completa y hacen sólo bien a. los demás, llegando hasta el sacrificio de sus propias vidas. Estos son los más grandes entre los hombres. Si hubiese cien hombres así en algún país, ese país no tendría nunca motivo para afligirse. Pero, desgraciadamente, son muy pocos. Luego, están los hombres buenos que hacen bien a los demás mientras no se Perjudiquen a sí mismos; y hay una, tercera clase: los que para lograr su propio beneficio, hacen daño a los demás. Dice un poeta sánscrito que hay una cuarta e innominable clase de personas que hacen mal a otras sólo por el placer de hacerlo. Así como en uno de los polos de la existencia se encuentra el hombre bueno más elevado que hace el bien por amor al bien, así, en el otro polo, hay otros que hacen el mal por amor al mal. No ganan nada con ello, pero está en su naturaleza hacer el mal.

 Hay dos palabras sánscritas, pravritti, que significa "atraer", y nivritti, "repeler". El atraer es lo que llamamos el mundo, "yo" y lo "mío"; incluye todas aquellas cosas que están siempre enriqueciendo ese "yo" con posición, dinero, poder, nombre y fama, y que son de naturaleza posesiva, tendiendo siempre a acumular todo en un centro y siendo ese centro el "pequeño yo". Este es el pravritti, la tendencia natural de cada ser humano: tomar todo de todas partes y amontonarlo alrededor de un centro, siendo éste el tan querido yo del hombre. Cuando esta tendencia principia a declinar, cuando es Univritti" o sea que se "dirige hacia afuera", entonces, comienza la moralidad y la religión. Tanto pravritti, como nivritti se relacionan a la naturaleza de la acción; la primera es mala acción, la segunda es buena acción. Nivritti es la base fundamental de toda moralidad y religión, y su perfección absoluta consiste en una entera abnegación, en estar pronto a sacrificar mente, cuerpo y todo por otro ser. Cuando un hombre alcanza este estado ha logrado la perfección del karma-yoga. Volviendo a uno de nuestros principales punto, hemos dicho que no podemos hacer bien sin hacer algún mal al mismo tiempo, o hacer mal sin hacer algún bien. Sabiendo esto, entonces, ¿cómo podemos actuar? Ha habido sectas en este mundo que de un modo asombrosamente descabellado han predicado un suicidio lento como único medio de apartarse del mundo; porque, un hombre para vivir tiene que matar pobres animalitos y plantas, o dañar a 'algo o a alguien. Por consiguiente, según ellos la única salida del mundo es la muerte. Los yainas han predicado esta doctrina como su más elevado ideal. Esta enseñanza parece ser muy lógica. Pero la verdadera solución se halla en el "Guita". Es la teoría del desapego, de no apegarse a nada mientras hacemos nuestro trabajo en la vida. Sabed que estáis completamente separados del mundo aunque vivais en él, y que cualquier cosa que hagáis, no la hacéis con un fin personal. Toda acción que hagáis para vosotros producirá sus efectos sobre vosotros mismos. Par la tanto el karma-yoga enseña: "No abandones el mundo, vive en él, asimila sus influencias todo lo que puedas; pero si sólo lo haces buscando tu 'propio .placer, no actúes en modo alguno". El placer no debe ser la meta. Primero matad vuestro pequeño yo y luego tomad a todo el mundo como si fuerais vosotros mismos como los antiguos cristianos acostumbraban a decir: "el hombre viejo debe morir". Ese "hombre viejo", es la idea egoísta de que todo el mundo está hecho para que nosotros disfrutemos de él.  Para actuar adecuadamente, por lo tanto, tenéis primero que desechar la idea del apego. En segundo lugar, no os mezcléis en la refriega, manteneos como testigos y seguid trabajando. Mi maestro acostumbraba decir: "Considerad a vuestros propios hijos, como lo hace la nodriza". La nodriza tomará a vuestro hijo, lo acariciará y jugará con él tratándole tan tiernamente como si fuese suyo propio; pero tan pronto como la despedís, preparase para marcharse de la casa con su equipaje.

Este modo de ser es la madre de todo apego y de este apego viene todo nuestro dolor. Esta es una gran lección que debemos aprender en la vida y cuando la hayamos aprendido totalmente, nunca más seremos desdichados; podemos ir a cualquiera y a todas partes y mezclamos en la sociedad sin peligro. Podéis tener esposa, marido, regimientos de sirvientes y reinos para gobernar; con tal que actuéis basándoos en el principio de que el mundo no es para vosotros, ni os necesita inevitablemente, nada de ello os podrá hacer daño.  Cuando hayáis educado vuestra mente y nervios para realizar la idea de que el mundo no depende de vosotros ni de ningún otro, ya no habrá reacción en la forma de resultados dolorosos de la acción. Cuando logréis el verdadero desapego, nada será bueno ni malo para vosotros. Sólo el egoísmo produce la diferencia entre bien y mal. Es algo muy difícil de comprender, pero con el tiempo aprenderéis, que nada en el universo tiene poder sobre vosotros a menos que se lo permitáis ejercer. Nada tiene poder sobre el Ser del hombre, a no ser que el Ser cae en la insensatez y pierde su independencia. Así, por el desapego, os sobreponéis e impedís que poder alguno actúe sobre vosotros.

 

Así, el hombre que ha ejercido control sobre sí mismo no puede ser afectado por ninguna cosa externa; se acabó la esclavitud para él. Su mente se ha Liberado; únicamente un hombre así es apto para vivir bien en el mundo. Generalmente, encontramos que los hombres tienen dos opiniones acerca del mundo. Algunos son pesimistas y dicen:

 

"¡Qué horrible es este mundo, qué perverso!" Algunos otros son optimistas y dicen: "¡Cuán bello es este mundo, cuán maravilloso!" Para aquellos que no han controlado sus propias mentes, el mundo está lleno de malo en el mejor de los casos, es una mezcla de bien y mal. Este mismo mundo será para nosotros optimista cuando logremos el dominio de nuestras mentes. Si somos verdaderos karma-yoguis y deseamos practicar para llegar a ese estado, dondequiera que comencemos estaremos seguros que hemos de terminar en la perfecta abnegación; y tan pronto como este yo aparente haya desaparecido, el mundo entero, que al principio veíamos lleno de mal, nos parecerá que es el cielo mismo lleno de bienaventuranza. Su misma atmósfera será bendita; cada rostro humano parecerá bueno.

Todo el secreto está en la práctica. Primero tenéis que oír, luego pensar, y después practicar. Primero, es sentimiento, luego, se vuelve querer, y del querer procede esa tremenda fuerza para actuar que correrá por cada vena, nervio y músculo hasta que la masa total de vuestro cuerpo se transforme en un instrumento de la inegoísta yoga de la acción, y que el ansiado resultado de la perfecta abnegación y el total inegoísmo se alcance debidamente. El logro de esto no depende de ningún dogma, ni doctrina, ni creencia. No importa que uno sea judío, cristiano o gentil. ¿Sois inegoísta? Esta es la cuestión.

 

CAPÍTULO SÉPTIMO LIBERTAD

 

Ley de karma. Llamamos ley a una serie de fenómenos similares; no existe en la naturaleza sino en nuestra mente. La existencia al ser limitada por "nombre y forma" queda sujeta a la ley. No hay libre albedrío. El universo proviene de la libertad o amor. La experiencia es el único medio para alcanzar el conocimiento. La acción no puede ser evitada por el hombre común. Medio de alcanzar la libertad. ¿Qué significa karma-yoga? Reenunciación. Ese "yo" y "mío" es la causa de todo sufrimiento. Existen dos métodos para lograr el desapego. El verdadero deber consiste en actuar resignando todo a Dios. ¿Qué es el deber, después de todo? La noción popular de "deber' lo hace una maldición.

 

En adición al significado de acción, hemos dicho que sicológicamente la palabra karma también implica causa. Cualquier trabajo, cualquier acción y pensamiento que produzca un efecto es llamado karma. Así, la ley de karma significa ley causal de inevitable causa y secuencia. Dondequiera que haya una causa, un efecto ,se produce; esta necesaria ,consecuencia no puede ser evitada, y esta ley de karma según nuestra filosofía, existe en todo el universo. Todo lo que vemos, sentimos o hacemos, cualquier acto hecho en alguna parte del universo, mientras por una parte, es el efecto de una acción anterior, por la otra, se convierte a su vez en causa y produce su propio efecto. Es necesario, junto con esto, considerar lo que significa la palabra "ley". Por ley se entiende la tendencia a repetirse de una serie de fenómenos. Cuando vemos un hecho seguido de otro, o algunas veces ocurriendo simultáneamente con otro, esperamos que esta secuencia o coexistencia vuelva la suceder. Nuestros antiguos lógicos y filósofos de la escuela nyáya, denominan esta ley con el nombre de vyápti. Según ellos, todas nuestras ideas de ley son debidas a la asociación. Una serie de fenómenos llega a estar asociada en nuestra mente con cosas en una especie de orden invariable, así que cualquier cosa que percibamos en algún momento, es inmediatamente referida a otros hechos de la mente. Cada idea, o, según nuestra psicología, cada onda que se produce en la sustancia mental, chitta, debe dar origen siempre a ondas similares. Esta es la idea sicológica de asociación, y lo causal es sólo un aspecto de este grande y penetrante principio de asociación. Esta grande y saturadora asociación es lo que en sánscrito se llama vyápti. En el mundo externo la idea de leyes la misma que en lo interno - la espera de que un fenómeno particular sea seguido por otro y que la serie se repita. Por lo tanto, estrictamente hablando, la ley no existe en la naturaleza. Prácticamente, es un error decir que la gravitación existe en la tierra o que hay alguna ley que exista objetivamente en alguna parte de la naturaleza. La ley' es el método, la manera en que nuestra mente percibe una serie de fenómenos; todo está en la mente. Ciertos fenómenos que ocurren uno tras otro o juntos, y seguidos por la convicción de la regularidad de su repetición, capacitan a nuestras mentes para percibir el método de toda la serie y constituyen lo que llamamos ley.

 

La inmediata cuestión a considerar es lo que significamos cuando decimos que una leyes universal. Nuestro universo es esta porción de existencia que está caracterizada por lo que los Sicólogos sánscritos llaman desa-kála-nimitta, o sea que la psicología europea llama espacio, tiempo y causa. Este universo es sólo una parte de la existencia infinita, puesta en un molde particular, compuesto de tiempo, espacio y causa. De ahí, se deduce necesariamente, que las leyes sólo posibles dentro de este universo condicionado; más allá de él no puede haber ley alguna. Cuando hablamos del universo sólo nos referimos a aquella porción de existencia que está limitada por nuestra mente; el universo de los sentidos, el que podemos ver, sentir, tocar, oír, pensar e imaginar; éste sólo está bajo la ley, pero más allá de él, la existencia no puede estar, sujeta a ley, porque la causación no se extiende más allá del mundo de nuestras mentes. Cualquier cosa que esté fuera del alcance de nuestra mente y sentidos no estaría sometida, a la ley de causación, puesto que no hay asociación mental de cosas en la región inaccesible a los sentidos, ni causación sin asociación de ideas. Es sólo cuando "el ser" o existencia está moldeado en un nombre y forma", que obedece a la ley de causación, y se dice que está bajo la ley; porque toda ley tiene su esencia en la causación. Por lo tanto, vemos, al momento, que no puede haber cosa tal como libre albedrío; las mismas palabras son una contradicción, porque la voluntad es lo que conocemos, y todo lo que conocemos está dentro de nuestro universo, y todo lo que está dentro de nuestro universo está moldeado por las condiciones de espacio, tiempo y causación. Todo este universo es tan sólo una partícula de la infinita existencia; y todas. nuestras leyes y limitaciones, nuestras alegrías y tristezas, nuestras felicidades y esperanzas, sólo están dentro de este pequeño universo; todo nuestro progreso y decadencia están dentro de su pequeño ámbito.

Puede haber millones de clases de felicidad, seres, leyes, progreso y causación actuando fuera de este pequeño universo que conocemos, y después de todo la totalidad de esto comprende tan sólo una porción de nuestra naturaleza infinita.

Para alcanzar la libertad tenemos que ir más allá de las limitaciones de este universo; aquí no puede ser hallada. El perfecto equilibrio o lo que los cristianos llaman la paz que trasciende toda comprensión no puede ser logrado en este universo, ni en el cielo, ni en lugar alguno donde nuestra mente y nuestros pensamientos puedan ir, los sentidos puedan sentir o la imaginación pueda concebir. Estas pequeñas dichas, sufrimientos y conocimientos de las cosas terminan allí, y la realidad comienza. Mientras no abandonemos la sed de la vida, la fuerte atracción a esta existencia transitoria y condicionada, no tendremos ni siquiera esperanza de tener una vislumbre de esa infinita libertad que existe más allá. Pero es sumamente difícil dejar de aferrarnos a este universo; muy pocos lo logran. La gran mayoría de la humanidad elige la manera positiva, el camino del mundo, haciendo uso de todas las cosas que la esclavizan para romper con esas mismas limitaciones. Esta es también una clase de renunciamiento, sólo que se hace lenta y gradualmente, conociendo las cosas, gozando de ellas y obteniendo así experiencia, y conociendo la naturaleza de las cosas, hasta que la mente las abandona al fin y se vuelve des apegada. El primer modo de lograr el desapego es por el razonamiento, y el segundo por la acción y la experiencia. El universo todo está haciendo esto. Lo sepamos o no, seamos o no conscientes de ello, todos estamos tratando de libramos de este sueño con ensueños que es el mundo. La experiencia del hombre en el mundo es lo que la capacita para poder escapar del torbellino.  ¿Qué es el karma-yoga? El conocimiento del secreto de la acción. Vemos que todo el universo está actuando. ¿Para qué? Por la salvación, por la libertad; desde el átomo hasta el ser más elevado se está actuando por un único fin, la libertad para la mente, para el cuerpo, para el espíritu. El karma-yoga hace una ciencia de la acción, por ella aprenderéis la manera de utilizar mejor todas las actividades de este mundo. La acción es inevitable, así debe ser; pero debemos actuar con el más' elevado propósito. El karma-yoga nos lleva a admitir que este mundo es un mundo de cinco minutos, que es alguna cosa que tenemos que atravesar, y que la libertad no está aquí, sino que debe ser hallada más 'allá.

El karma-yoga nos enseña a disfrutar de la belleza de todos los cuadros del mundo, pero sin identificamos con ninguno de ellos. Nunca digáis "mío". Siempre que digáis tal cosa es mía, el sufrimiento vendrá inmediatamente. Ni siquiera digáis "hijo mío" mentalmente. Poseed el niño, pero no digáis "mío". Si lo hacéis, vendrán las desdichas. No digáis "mi casa" ni "mi cuerpo". Toda la dificultad está aquí. El cuerpo no es vuestro, ni mío, ni de nadie. Los cuerpos vienen y van por las leyes de la naturaleza, pero, nosotros somos libres, estamos como testigos.

El desligarse no significa algo que podamos hacer en relación con nuestro cuerpo denso, todo está en la mente. La cadena que nos esclaviza de "yo y mío" está en la mente.  He aquí los dos métodos para lograr liberarse de toda ligadura. Uno es para aquellos que no creen en Dios ni en ninguna ayuda externa. Se hallan librados a sus propios recursos y planes, tienen que actuar movidos simplemente por su propia voluntad, con los poderes de su mente y su discernimiento, diciendo: "Debo ser desapegado". Para los que creen en Dios, hay otra manera que es mucho menos difícil. Ofrendan los frutos de su acción al Señor, trabajan y nunca quedan ligados a los resultados. Día y noche renunciemos a nuestro aparente yo, hasta que esto llegue a ser un hábito, hasta que penetre en la sangre, en los nervios y en cerebro, y hasta que en todo momento el cuerpo entero obedezca a esta idea de renunciación del pequeño yo. ID entonces al campo de batalla, y en medio del tronar del cañón y el estrépito de la guerra, sentiréis que sois libres y hay paz en nuestro interior.  El karma.-yoga nos enseña que la idea corriente del deber está en un plano inferior; no obstante, todos tenemos que cumplir nuestro deber. Sin embargo, podemos ver que este sentido peculiar del deber es, con mucha frecuencia, la causa más grande de nuestras desdichas. El deber se vuelve una enfermedad para nosotros; nos empuja siempre hacia adelante. Se apodera de nosotros y hace toda nuestra vida miserable. Es la ruina de la vida humana.

El único deber verdadero es ser desapegados y actuar como seres libres, ofrendando todos nuestros actos a Dios.  ¿Qué es el deber, después de todo? Es realmente el impulso de lo carnal, de todos nuestros apegos; y cuando un apego queda bien establecido, le llamamos "deber" .Por ejemplo, en los países donde no existe el matrimonio no hay deberes entre el marido y la mujer; cuando viene el matrimonio, el esposo y la esposa viven juntos en virtud de ese lazo; y este tipo de vida que los une llega a establecerse después de generaciones; cuando está de este modo establecida, se hace un deber.

Los más grandes hombres del mundo murieron desconocidos. Los Buddhas y los Cristos que conocemos son tan sólo héroes de segunda categoría, comparados con los más grandes hombres de quienes el mundo nada conoce. Centenares de esos héroes desconocidos han vivido en cada país, actuando silenciosamente. En silencio vivieron y en silencio murieron; y con el tiempo sus pensamientos hallaron expresión en los Buddhas o Cristos, y son éstos los que llegan a ser conocidos por nosotros. Los hombres más elevados no buscan renombre ni fama por su conocimiento.

El hombre activo, por bueno que sea, tiene todavía un resto de ignorancia en sí. Cuando todavía que- dan algunas impurezas en nuestra naturaleza, sólo entonces podemos actuar.

Al actuar, jamás deberíamos pensar que podemos ayudar ni aun a la más insignificante cosa de este universo. No podemos. Sólo nos ayudamos a nosotros mismos en este gimnasio del mundo. Tal es la actitud correcta de quien actúa. Si trabajamos de este modo, si recordamos siempre que nuestra .presente oportunidad de trabajar así es un privilegio que nos ha sido dado, nunca quedaremos ligados a cosa alguna.

 

 

CAPÍTULO OCTAVO

 

EL IDEAL DE KARMA-YOGA

 

 

El universo entero lucha por la libertad y ésta es el fundamento de toda religión o ética. Todas las ideas sobre moralidad difieren entre si. Aquello que es egoísta es inmoral y lo que es inegoísta es moral. Hacer el bien no es el más elevado ideal no puede darse felicidad permanente al mundo. No podemos agregar al mundo placer o dolor. Optimismo y pesimismo. La igualdad es un fantasma, sin embargo, es una fuerza motriz que impulsa a la acción.  La variedad es regla en la creación y debe perdurar.  Ideal del karma-yoga: "A la acción tienes derecho, no a sus frutos". "Actuar sin ulterior motivo", como dice' el "Bhagavad Guita", encuentra en muchos resistencia y lo consideran imposible.

 

Aun siendo un Conocedor, se considera a Buddha como el karma- yogui perfecto. La más grande de las ideas en la religión de la Vedanta es que podemos alcanzar la misma meta por diferentes senderos; esos senderos los he generalizado en cuatro: el de la acción, el del amor, el de la psicología y el del conocimiento. Pero debéis recordar al mismo tiempo, que esas divisiones no son muy marcadas ni se excluyen unas a las otras. Cada una se mezcla con las demás. Pero de acuerdo con el tipo que prevalece, damos el nombre a las divisiones. No quiero decir que podéis hallar un hombre que no tenga ninguna otra facultad que la de actuar, ni que haya hombres que sólo sean fervientes devotos, ni otros que no tengan más que simple conocimiento. Esas divisiones son hechas de acuerdo con el tipo o tendencia que parece prevalecer en un individuo. Ya hemos visto que al final esos cuatro senderos convergen y se convierten en uno solo. Todas las religiones y todos los métodos de acción y adoración nos conducen a la única y misma meta.

Cuando la línea de acción tomada no es la debida, la llamamos mal, y cuando la manifestación de ella es correcta y elevada, la llamamos bien. Pero el impulso es el mismo, la lucha hacia la libertad.  En todas las religiones se puede encontrar la manifestación de esta lucha por la libertad. Es el fundamento de toda moralidad, del inegoísmo, lo que significa abandonar esa idea de que el hombre no es nada más que estos insignificantes cuerpos. Cuando vemos que un hombre hace una buena acción ayudando a otros, significa que no puede estar confinado dentro del limitado circulo de "yo y mío". No hay límite para este alejamiento del egoísmo. Todos los grandes sistemas de ética predican como meta el absoluto inegoísmo.

 

Pero, si entráis en detalles, ya no os parecerá tan simple el asunto. Por ejemplo, el ambiente hace con frecuencia que los detalles varíen, como ya he mencionado. La misma acción bajo una seríe de circunstancias puede ser inegoísta y bajo otra, egoísta. Por eso, sólo podemos dar una definición general, y dejar que los detalles sean elaborados tomando en consideración las diferencias de tiempo, lugar y circunstancias. En un país una clase de conducta es considerada moral, y en otro, la misma exactamente, es inmoral, porque las circunstancias difderen. El objetivo de toda la naturaleza es la libertad, y ésta se logra sólo por el perfecto inegoísmo; cada pensamiento, palabra o hecho inegoísta nos lleva hacia la meta, y, como tal, es llamado moral. Esta definición, como podéis ver queda -bien en toda religión y en todo sistema de moral. En algunos sistemas de pensamiento la moralidad se deriva de un Ser Superior - Dios. Si preguntáis por qué un hombre debe hacer esto y no aquello, la respuesta es: "Porque tal es el mandato de Dios".

 

El karma yoga, por lo tanto, es un sistema de moral y religión destinado a alcanzar la libertad mediante el inegoísmo y las buenas obras. El karma-yogui no necesita creer en ninguna doctrina. Puede aun ni creer en Dios, puede no inquirir nada acerca de su alma ni pensar en ninguna especulación metafísica. Tiene su propio objetivo, su modo especial de alcanzar el inegoísmo, y debe lograrlo por sí solo. En toda la historia que conocemos, siempre ha sido igual; sin embargo, al mismo tiempo vemos que marchando a la par de todas esas incurables diferencias de placer y dolor, siempre ha habido la lucha. por aliviarlas. Cada período de la historia ha engendrado millares de hombres y mujeres que se han esforzado por hacer para los demás, más llevaderos su pasaje por la vida. ¿Y hasta dónde lo han logrado? Sólo podemos jugar tirando la pelota de un lado para otro. Quitamos el dolor del plano físico y se va al mental.  No podemos añadir felicidad a este mundo; del mismo modo, tampoco nos es posible agregarle dolor. La suma total de las energías de placer y dolor desplegadas aquí, en la tierra, será la misma siempre. La empujamos de este lado para el otro y de aquél para éste, pero ella será siempre la misma, porque el perdurar así está en su misma naturaleza. Este flujo y reflujo, este subir y bajar, está en .la naturaleza misma del mundo; sostener lo contrario sería como decir que puede haber vida sin muerte. Esto es totalmente insensato, porque la idea de vida implica la de muerte, y la idea de placer, la de desplacer también.  La siguiente idea a tratar es la idea de igualdad. Esas ideas del milenio han sido una gran fuerza motora para la acción. Muchas religiones predican esto como parte de sus enseñanzas - que Dios ha de venir a regir este universo y que entonces no habrá ninguna diferencia en las condiciones. Las personas que predican esta doctrina son meros fanáticos, y los fanáticos son, ciertamente, los más sinceros de la humanidad. El cristianismo ha sido predicado, precisamente, basándose sobre la fascinación de este fanatismo, y esto es lo que le hizo tan atractivo a los esclavos griegos y romanos. Creyeron que bajo la religión del milenio no habría más esclavitud; que habría lo suficiente para comer y beber; y por lo tanto, se agruparon en tomo a la causa cristiana. - La igualdad absoluta, que sería el perfecto equilibrio de todas las fuerzas que se hallan en constante lucha en todos los planos, no puede nunca existir en este mundo. Antes de alcanzar ese estado, el mundo tendría que llegar a ser completamente inadecuado para toda clase de vida, y nadie habría ya en él. Vemos, por lo tanto, que todas esas ideas del milenio y de la absoluta igualdad, no sólo son imposibles en su realización sino también que. si pudiéramos llevarlas a ,cabo, nos conducirían, inevitablemente, al momento de la destrucción. ¿Qué es lo que hace la diferencia entre hombre y hombre? En gran parte esta diferencia está en el cerebro. En nuestros días, nadie sino un lunático diría que todos nacemos con el mismo poder cerebral. Venimos al mundo dotados de desigual manera; venimos dotados con condiciones 'Superiores o con condiciones .inferiores; y no hay escape a esta condición determinada prenatalmente. Los indios americanos vivían en este país desde ha ce miles de años, y algunos puñados de vuestros antepasados llegaron a su tierra. i Cómo han modificado, desde entonces, la apariencia de este país! ¿Por qué los indios no habían hecho mejoras y construido ciudades, si todos somos iguales? Con vuestros antepasados una clase diferente de poder cerebral vino a esta tierra, se hizo un acopio diferente de pasadas impresiones, que ellos trabajaron y le dieron expresión.

La absoluta no-diferenciación es muerte. Mientras dure este mundo habrá diferenciación y así debe ser, y ese milenio que nos traería la igualdad perfecta vendrá, sólo cuando un ciclo de creación llegue a su término. Antes, esa igualdad ni puede existir. Sin embargo, esta idea de realizar el milenio es una gran fuerza motora. Así como la desigualdad es necesaria para la creación, así lo es, también, la lucha para limitarla. Si no hubiese lucha por ser libres y retornar a Dios, no habría creación tampoco.  Este mundo, semejante a dos ruedas que giran una dentro de otra y en sentido opuesto, constituye un "mecanismo terrible; si ponemos la mano en ella y nos llega a enganchar nos arrastra. Todos pensamos que luego de cumplir con un deber dado, podremos descansar; pero, antes de haber siquiera terminado parte de este deber, está ya otro esperándonos. Todos somos arrastrados por esta poderosa y compleja máquina del mundo. Sólo hay dos soluciones: -una, es renunciar a todo interés por la máquina, dejarla marchar y apartamos, abandonando nuestros deseos. Esto es muy fácil de decir, pero casi imposible de hacer. Yo no sé si entre veinte millones de hombres hay uno capaz de hacerlo. La otra solución consiste en sumergirse en el mundo y aprender el secreto de la acción, y esto es lo que enseña el sendero del karma-yoga. Sin escapar al engranaje de esa. máquina que es el mundo permaneced dentro de él y aprended el secreto de la acción. Mediante la acción correcta llevada a cabo en su interior, es también posible salir de él. Atravesando toda esta maquinaria podemos encontrar la salida.

Ya hemos visto lo que es la acción: constituye una parte de los cimientos de la naturaleza y prosigue sin cesar. Aquellos que creen en Dios comprenden esto mejor, porque saben que Dios no es un ser tan. Incapaz que necesite nuestra ayuda. Aunque este universo seguirá su marcha siempre, nuestra meta es la libertad; nuestro fin es el inegoísmo; y según el karma-yoga este fin ha de ser alcanzado por medio de la acción. Hagamos el bien porque es bueno hacer el bien; aquel que hace buenas acciones aun cuando lo baga por alcanzar el cielo, se liga así mismo, dice el karma-.yogui. Cualquier acción ejecutada con el más mínimo motivo egoísta, en vez de acercamos a la libertad, forja un eslabón más en la cadena que aprisiona nuestros pies. De manera que la única solución consiste en renunciar a todos los frutos de la acción, no estar ligados a ellos.

Dejadme que os diga, para concluir, algunas palabras acerca de un hombre que verdaderamente llevó a la práctica estas enseñanzas del karma-yoga. Ese hombre fue Buddha. Es el único hombre que las puso en práctica un modo perfecto. Todos los profetas del mundo, excepto Buddha, tuvieron motivos externos que los impulsaron a la acción inegoísta. Los profetas del mundo, con esta sola excepción, se pueden dividir en dos grupos.: uno, que sostiene que ellos son encarnaciones de Dios venidos a la tierra y, otro, que sólo sostienen ser mensajeros de Dios; ambos, sacan su impulso para la obra, del exterior, esperando recompensa de afuera, por más elevado que sea el lenguaje espiritual que ellos emplean. La raza humana toda no ha producido sino un solo carácter así, de tan elevada filosofía y de una inmensa simpatía hacia todos los seres y las cosas. Este gran filósofo, que predicó la filosofía más elevada., tenia, sin embargo, la más profunda simpatía hasta por el más insignificante de los ani- males, y nunca reclamó nada para si mismo. :mI es el karma-yogui ideal, llevando a cabo su obra sin motivo ulterior alguno, y la historia de la humanidad nos lo muestra como el más grande de los que jamás hayan nacido; fuera de toda comparación vemos la combinación más grande de corazón y cerebro que haya existido; el poder del alma más grande que jamás haya sido manifestado. Es el primer gran reformador que el mundo ha visto. Fue el primero que se atrevió a decir: "Creed, no porque existan algunos antiguos manuscritos; creed, no porque sea la creencia de vuestro .país, o porque se os haya hecho creer así desde vuestra infancia; discurrid y razonadlo todo antes, y si después que lo hayáis analizado, veis que hará bien a alguien y a todos, creedlo, vividlo, practicadlo y ayudad a los demás para que lo hagan suyo propio." Lo hace mejor quien actúa sin ningún motivo: ni por-dinero, ni por fama, ni por ninguna otra cosa; y cuando un hombre puede hacer esto, será un Buddha y de él surgirá el poder de actuar de tal manera como para transformar al mundo. Un hombre así representa el más elevado ideal del karma-yoga.

 

FIN

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