viernes, 8 de octubre de 2021

RESUMEN EL DHAMMAPADA La Senda de la Perfección

 

EL DHAMMAPADA

La Senda de la Perfección

Edición y traducción

 

de Joaquim Torres Godori

 

 

PRÓLOGO

 

 

El Dhammapada es una escritura budista, es un libro sagrado. Para intentar comprender su espíritu es necesario que el lector se acerque con un mínimo de fe. La fe, según Henri Le Saux, «no consiste primariamente en la aceptación mental de determinadas proposiciones, llamadas “datos de revelación”. La fe es esencialmente aquel sentido interior mediante el cual el intelecto penetra oscuramente aquellas honduras del propio ser que él mismo percibe que exceden su simple poder de exploración mediante el pensamiento y la percepción sensible». 

La religión-filosofía conocida en Occidente como budismo es la más difundida del mundo. Apareció en la India en el siglo VI a. C. y se convirtió en la religión de Ceilán (actual Sri Lanka), Siam (Tailandia), Birmania y Camboya, países que se adherirían a la Escuela del Sur o hinayana, la más antigua, mientras que la posterior Escuela del Norte o mahayana se encuentra bajo diferentes formas en el Tíbet, Mongolia, China, Corea y Japón.

 

El Dhammapada es una colección de 423 aforismos escritos en pali, lengua de las Escrituras budistas de Ceilán, Birmania e Indochina, y pertenece a la literatura budista canónica, pali o hinayana. No se conoce con certeza la fecha de su recopilación, pero se supone que esta tuvo lugar en el siglo III antes de Cristo.

La palabra pali Dhamma, Dharma en sánscrito, alude a un concepto básico en el budismo. Su sentido es muy afín al de «ley, una ley moral, la ley eterna del Cosmos, la Verdad». Pada significa en pali y en sánscrito «pie, paso» y, por lo tanto, puede traducirse como camino, senda. De ahí que Dhammapada sugiera la senda del Dharma, la senda correcta que lleva a la Verdad, a la luz, al amor, al Nirvana. Aunque no consigamos alcanzar el final de la senda, nuestro peregrinaje no habrá sido en vano. Nadie puede arrebatarnos la dicha del camino. La Senda suprema es para nosotros la Senda de la Perfección.  

El término Buda deriva de la raíz BUDH, «está despierto». Significa la irrupción del conocimiento en la mente, conocimiento que se dará siempre a través de una intuición,como un relampagueo luminoso, y que permitirá al ser humano distinguir entre lo que es verdadero y lo que es falso. La gran tarea del hombre sobre la tierra es destruir la ignorancia, ver lo que es real tras las apariencias, abrir la puerta al gran despertar, a la iluminación:

Pero el mayor de los pecados es en verdad el pecado de la ignorancia. Arroja de ti este pecado, oh hombre, y queda limpio de pecado.

 

(Dhammapada, 243)

 

Buda Gautama, «el que está despierto» (563-483 a. C.), fundador del budismo, fundamentó la verdad en la razón y en la experiencia, ya que no aceptó nada que no se pudiera comprobar y demostrar. En lo que se refiere a los problemas metafísicos, Buda simplemente los evitó. Las únicas cuestiones útiles son las relacionadas con la manera de eludir el sufrimiento continuo provocado por la sed de existencia, con la progresión en la Senda de la Perfección, con la consecución de la salvación. La tradición nos dice que cuando Buda alcanzó el Nirvana bajo el árbol Bodhi exteriorizó la dicha de la liberación en los dos famosos versos del Dhammapada: 

En vano he seguido los ciclos de muchas vidas siempre esforzándome por encontrar al constructor de la casa de la vida y la muerte. ¡Qué grande es el pesar de la vida que ha de morir!

Pero ahora te he visto, constructor: nunca más volverás a construir esta casa. Las vigas de los pecados están rotas, la parhilera de la ignorancia está destruida. La fiebre de los deseos ha pasado: porque mi mente mortal ha ido al gozo del inmortal NIRVANA. 

(153, 154)

 Sus palabras son palabras de vida, de vida aquí y ahora. Buda quiere que detengamos la rueda del devenir y que habitemos en nuestro ser profundo. Quiere que abracemos el Camino del Medio y que, sintiendo las Cuatro Nobles Verdades, empecemos a seguir la gran Senda, la Senda de los Ocho Grados.

 Si se tuviera que resumir en una palabra el espíritu del Camino del Medio, esta palabra sería armonía. En el Bhagavad Gita encontramos un verso que se puede aplicar de forma soberbia a esta vía:

La armonía que destruye el sufrimiento es de aquel que ha logrado controlarse en el comer, en el recreo, en el empeño puesto en las acciones,en el sueño, en la vigilia.

(6.17)

 

El Camino del Medio se encuentra tan alejado del hedonismo como de las prácticas ascéticas más rigurosas. Como lo ejemplifica el Buda, para que el laúd suene correctamente es necesario que sus cuerdas no estén ni demasiado tensas ni demasiado flojas.

Las Cuatro Nobles Verdades son: toda vida es sufrimiento, la causa del sufrimiento, la extinción del sufrimiento, la senda para conseguir la extinción del sufrimiento.

El nacimiento es la base de todas las aflicciones: enfermedad, vejez, hambre… El dolor se comprende cuando uno es consciente del carácter transitorio de todo lo que nos rodea. El deseo es la causa del sufrimiento, de todas las miserias que siguen al nacimiento. El ser humano pide la felicidad, el placer absoluto a un mundo que por su propia esencia ha de defraudarlo siempre. Un exigir la luna cósmicamente trágico. Aferrándose a las cosas que se desvanecen, olvida lo que es eterno en sí mismo. Dice el joven Naciketas en el Katha Upanishad:

 Yo sé que la riqueza es perecedera, pues lo que es eterno no se logra por medio de cosas impermanentes. Sin embargo, he construido el fuego de Naciketas, con materiales perecederos he obtenido lo eterno. 

(2.10)

 Y unos bellísimos versos del poema Creer en la mente, de Seng Ts’an, que pertenece al budismo zen, exclaman: 

Cuando retornamos al origen, recuperamos el sentido; cuando perseguimos objetos externos, perdemos la razón. En el instante en que alcanzamos la iluminación interior, vamos más allá de la vacuidad de un mundo que nos afronta. Las transformaciones que se producen en un mundo vacío que nos afronta parecen reales a causa de la ignorancia.

(8.9)

  La liberación del sufrimiento radica, por tanto, en la abolición de los deseos. La Senda, la vía mostrada por Buda para alcanzar este fin, tiene ocho grados: visión correcta, intención correcta, palabras correctas, actos correctos, ocupación correcta, esfuerzo correcto, pensamiento correcto y concentración correcta.

Con las ocho reglas de vida se puede romper el encadenamiento sin fin de causas y efectos, cortar el karma –resultado de los actos hechos en una vida previa– nefasto y

alcanzar la liberación. Liberarse es entrar en el nirvana, que es la cesación del sufrimiento, de la miseria y del Samsara –sucesión inacabable de nacimientos y muertes–, es decir, la cadena de la reencarnación. 

Los primeros versos del Dhammapada nos señalan el comienzo de la Senda de los Ocho Grados. Una mente pura hace que se tengan opiniones y visiones correctas: nada puede empañar la percepción de lo que es en verdad real.

Los magníficos aforismos del Dhammapada insisten en los ideales budistas del autoconocimiento, del control de la mente, de la renuncia, de la pureza, del esfuerzo y de la vigilancia permanentes, de la sabiduría, de la caridad. Caridad, no-violencia, tolerancia, simplicidad y armonía son en el momento actual dramáticamente necesarias para evitar el envilecimiento y la destrucción misma de la vida sobre la tierra. Como afirma Borges en Siete noches, el budismo siempre ha sido tolerante, no ha provocado nunca una guerra. Y Schumacher, en Small is Beautiful, consideraba que en una economía budista basada en la ocupación correcta o en medios correctos de subsistencia –uno de los estadios de la Senda de los Ocho Grados–, en la no-violencia, la simplicidad y la armonía, se encontraba la salida a la alienación del trabajo, al paro, al consumismo aturdidor, al agotamiento de los recursos no renovables y a la violencia que este agotamiento inevitablemente provoca. El budismo ve la esencia de la civilización no en la multiplicación de los deseos sino en la purificación de la naturaleza humana. Pero es necesario no olvidar que el budismo es el Camino del Medio y, por tanto, que no está en contra per se del disfrute de las cosas placenteras sino de la esclavitud a ellas.

 

En el budismo, la no-violencia y el respeto se extienden a cualquier criatura viva. Un egoísmo sabio nos induce a tomar nuestro camino practicando sobre lo que nos rodea la menor violencia posible si no queremos desviarnos de la realización de la gran tarea, alcanzar la salvación, y si no queremos, a otro nivel, la degradación de toda la vida de este planeta:

 Así como la abeja recoge la esencia de una flor y se aleja sin destruir su belleza ni su perfume, así el sabio peregrina en esta vida.(Dhammapada, 49) 

El mensaje del Buda está en el Dhammapada, y es un mensaje de esperanza y de gozo:

Así como un lago que es puro y sereno y profundo, así deviene el alma del hombre sabio cuando escucha las palabras del DHAMMA.(82)

 

1. CAMINOS CONTRARIOS

 Lo que somos hoy proviene de nuestros pensamientos de ayer, y nuestros pensamientos actuales construyen nuestra vida de mañana:  nuestra vida es la creación de nuestra mente. Si un hombre habla u obra con una mente impura, el sufrimiento lo sigue como la rueda del carro sigue a la bestia que tira del carro.

«Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que piensan tales pensamientos no estarán libres del odio.«Me insultó, me hizo daño, me venció, me robó.» Aquellos que no piensan tales pensamientos serán libres del odio.

Porque el odio no es vencido por el odio: el odio es vencido por el amor. Esta es una ley eterna.

El que vive solo para los placeres y cuya alma no está en armonía, que no tiene en cuenta la

comida que come, es perezoso y no tiene el poder de la virtud, tal hombre es movido por MARA, es movido por tentaciones mezquinas, así como un árbol débil es sacudido por el viento. 

Aquellos que creen que lo que no es real es, y que lo Real no es, nunca alcanzarán la Verdad, perdidos en la senda del pensamiento incorrecto.

 Pero así como la lluvia no penetra en una casa bien cubierta, las pasiones no penetran en una mente bien guardada.

Sufre en este mundo, y sufre en el mundo venidero: el hombre que hace el mal sufre en ambos mundos. Sufre, sufre y se aflige cuando ve el mal que ha hecho. 

Es feliz en este mundo y es feliz en el mundo venidero: el hombre que hace el bien es feliz en ambos mundos. Está contento, siente un gran contento cuando ve el bien que ha hecho. Se alegra en este mundo, y se alegra en el mundo venidero: el hombre que hace el bien se alegra en ambos mundos. «He hecho el bien», se alegra, y no para de alegrarse en la senda del gozo.

 Si un hombre dice muchas palabras sagradas, pero dice y no hace, este hombre necio no puede gozar de la vida de santidad: es como un pastor de vacas que cuenta las vacas de su amo.

Mientras que si un hombre dice solo unas pocas palabras sagradas, pero vive la vida de estas palabras, libre de pasiones y odio e ilusión –con visión correcta y una mente libre, sin desear nada ni ahora ni en el tiempo venidero–, la vida de este hombre es una vida de santidad.

 

2. LA VIGILANCIA

 

 La vigilancia es la senda de la inmortalidad: la negligencia es la senda de la muerte.

 Aquellos que están vigilantes nunca mueren: aquellos que no están vigilantes ya están como

 muertos.

 Aquellos que con una mente clara han visto esta verdad, aquellos que son sabios y están  

siempre vigilantes, sienten el gozo de la vigilancia, el gozo de la senda de los Grandes.

Y aquellos que, entregados a pensamientos elevados y en profunda contemplación, con fuerza inagotable avanzan por la senda, al final alcanzan el NIRVANA, la paz suprema y el infinito gozo.

Los hombres que son necios e ignorantes son descuidados y nunca están vigilantes; pero el hombre que vive en la vigilancia la considera su mayor tesoro.

El hombre sabio que por la vigilancia conquista la necedad es como aquel que, libre de aflicciones, asciende al palacio de la sabiduría y allí, desde la alta terraza, ve allá abajo aquellos en aflicción; así como un fuerte hombre sabio, habitante de la montaña sagrada, puede contemplar la multitud de ignorantes allá abajo, en el llano.

 

3. LA MENTE

 La mente es inconstante e inquieta, difícil de guardar y de contener: que el hombre sabio

 enderece su mente así como el constructor de flechas hace rectas sus flechas.

Como un pez que es arrojado sobre la tierra, arrebatado de su morada de las aguas, la mente se esfuerza y lucha para liberarse del poder de la Muerte.

La mente es voluble y ligera, en cualquier lugar vuela detrás de ilusiones: es ciertamente difícil de contener. Pero es un gran bien controlar la mente: una mente que se controla a sí misma es fuente de gran gozo.

Invisible y sutil es la mente, y en cualquier lugar vuela detrás de ilusiones; pero que el hombre sabio guarde bien su mente, porque una mente bien guardada es fuente de gran gozo.

 Pero aquel cuya mente, controlándose calmadamente a sí misma, es libre de la atracción

de los deseos, que se ha elevado por encima del bien y del mal, él está despierto y no tiene miedo.

 

Un enemigo puede herir a un enemigo, y un hombre que odia puede hacer daño a otro hombre; pero la propia mente del hombre, si no está bien dirigida, puede hacerle mucho más daño.

 Un padre o una madre, o un familiar, pueden ciertamente hacer bien a un hombre; pero su propia mente bien dirigida puede hacerle mucho más bien.

 

 4. LAS FLORES DE VIDA


 ¿Quién conquistará este mundo y el mundo de los dioses, y también el mundo de Yama, de

 muerte y de dolor? ¿Quién encontrará el DHAMMAPADA, la clara Senda de la Perfección, así

 como un hombre que busca flores encuentra la flor más bella?

El sabio estudiante conquistará este mundo, y el mundo de los dioses, y también el mundo de Yama, de muerte y de dolor.

El sabio estudiante encontrará el DHAMMAPADA, la clara Senda de la Perfección, así como un hombre que busca flores encuentra la flor más bella.

El que sabe que este cuerpo es la espuma de una ola, la sombra de un espejismo, rompe

las afiladas flechas de MARA, cubiertas con las flores de pasiones sensuales y, sin ser visto por el Rey de la muerte, continúa y sigue su senda.

Pero la muerte se lleva al hombre que recoge las flores de pasiones sensuales, así como un torrente de aguas impetuosas arrasa un pueblo dormido y prosigue su curso.

Y la muerte, el fin de todo, es el fin del hombre que, siempre sediento de deseos, recoge las flores de pasiones sensuales. Lo mismo que una flor que parece bella y tiene color pero no tiene perfume son las palabras sin fruto del hombre que las dice pero no las cumple. 

No va muy lejos el perfume de las flores, incluso el del baladre o del sándalo; pero el perfume del bien alcanza el cielo, y entre los dioses es el perfume supremo.

puede crecer y florecer y alegrar el alma con su puro perfume, de la misma manera entre las ciegas multitudes brilla pura la luz de la sabiduría del estudiante que sigue al Buda, EL que está verdaderamente despierto.

 

5. EL NECIO

  ¡Qué larga es la noche para el centinela, qué larga es la carretera para el cansado, qué largo

 es el curso de vidas que acaban en muerte para el necio que no puede encontrar la senda!

Si en el gran viaje de la vida un hombre no puede encontrar a alguien que sea mejor o al menos tan bueno como él, que alegremente haga el camino solo: un necio no puede ayudarlo en su viaje.«Estos son mis hijos. Esta es mi riqueza.» De esta manera el necio se preocupa. No es ni el amo de sí mismo: ¡cuánto menos de sus hijos y de su riqueza! 

Si un necio puede ver su propia necedad, él en esto al menos es sabio; pero el necio que se cree sabio es verdaderamente un auténtico necio. Si durante toda su vida el necio vive con un hombre sabio, nunca conoce la senda de la sabiduría, así como la cuchara nunca conoce el gusto de la sopa.  

Un necio que se cree sabio va por la vida con él como enemigo, y siempre comete malas acciones que al final producen frutos amargos.

Porque cierta acción no está bien hecha cuando una vez realizada uno tiene que arrepentirse; y cuando uno tiene que recoger con lágrimas los frutos amargos de la mala acción.

Un necio puede ayunar mes tras mes comiendo su alimento con la afilada punta de una hoja de la hierba kusa, y su mérito no alcanzará ni la dieciseisava parte del del hombre sabio cuyos pensamientos se alimentan de verdad.

Pero una es la senda de la riqueza mundana y otra es la senda del NIRVANA. Que el seguidor de Buda piense en esto y, sin perseguir la reputación, que en todo momento persiga la libertad.

 

 6. EL HOMBRE SABIO

 

Presta atención al hombre que te dice tus defectos como si te dijera donde se halla un tesoro oculto, el hombre sabio que te muestra los peligros de la vida. Sigue a este hombre: quien lo siga verá el bien y no el mal.

Que él advierta y que instruya, y que frene lo que está equivocado. Él será amado por aquellos que son buenos y odiado por aquellos que no lo son.

No tengas por amigos aquellos cuya alma es repugnante; no vayas con los hombres que tienen un alma malvada. Ten por amigos aquellos cuya alma es bella; ve con los hombres cuya alma es buena.

El que bebe de las aguas de la Verdad descansa con gozo, su mente es serena. Los sabios encuentran su dicha en el DHAMMA, en la Verdad revelada por los grandes.

Aquellos que construyen canales para el agua dominan las aguas; los constructores de flechas hacen las flechas rectas; los carpinteros dominan la madera; y los sabios dominan sus propias mentes.

Los hombres buenos, en todo momento, vencen en verdad todas las ataduras. Los hombres puros no malgastan palabras en cosas relacionadas con el deseo. Tocados por el placer o el dolor, los sabios se remontan por encima del placer y el dolor.

El que no anhela, ni para él ni para los otros, hijos o poder o riquezas, que no antepone su triunfo al triunfo de la rectitud, es virtuoso, y recto, y sabio.

Pocos cruzan el río del tiempo y son capaces de alcanzar el NIRVANA. La mayoría va arriba y abajo sin dejar nunca este lado del río.

 

LA LIBERTAD INFINITA

 

¡El viajero ha llegado al final de su viaje! En la libertad del Infinito, él es libre de todas las aflicciones, los grilletes que lo encadenaban yacen tirados y la ardiente fiebre de la vida ya no existe. 

Aquellos que tienen pensamientos elevados están continuamente en lucha: no están satisfechos de permanecer en el mismo sitio. Como cisnes que dejan su lago y ascienden en el aire, ellos dejan su casa para habitar una casa más alta.

¿Quién puede trazar la senda de aquellos que conocen el apropiado alimento de la vida y que, rehusando los excesos, se elevan en el firmamento de la liberación, el infinito Vacío sin principio? Su curso es tan difícil de seguir como el de los pájaros en el aire.

 

El hombre que sabiamente controla sus sentidos como el buen cochero controla sus caballos, y que es libre de bajas pasiones y orgullo, es admirado incluso por los dioses.

Él es sereno como la tierra que resiste; él es constante como una columna que es firme; él es puro como un lago que es claro; él es libre del Samsara, la vida-en-la-muerte que retorna y retorna.

 Y el que es libre de la credulidad desde que ha visto el eterno NIRVANA, que ha roto la esclavitud de la vida inferior y que, mucho más allá de las tentaciones, ha vencido todos sus deseos, él es verdaderamente grande entre los hombres.

Ellos hacen deliciosos los bosques donde otras personas no podrían habitar. Porque ellos no tienen la carga de los deseos, ellos tienen aquel gozo que otros no encuentran.

 

8. MEJOR QUE MIL

 

Mejor que mil palabras inútiles es una sola palabra que da paz. Mejor que mil versos inútiles es un solo verso que da paz.  Mejor que mil poemas inútiles es un solo poema que da paz.

Si un hombre venciera en batalla a mil y mil más, y otro hombre se venciera a sí mismo, del último sería la más grande victoria, porque la más grande de las victorias es la victoria sobre uno mismo; y ni los dioses arriba en el cielo ni los demonios en las profundidades pueden convertir en derrota la victoria de un hombre tal.Si mes tras mes durante cien años un hombre ofreciera mil sacrificios; y otro solo por un instante reverenciara a un hombre que se ha vencido a sí mismo, este instante tendría más valor que cien años de sacrificios.

 

Y quienquiera que honre a los ancianos ricos en virtud y santidad, en verdad obtendrá cuatro tesoros: larga vida, y salud y poder y gozo.

Mejor que cien años vividos en el vicio, sin contemplación, es un solo día de vida vivido en la virtud y en profunda contemplación.

Mejor que cien años vividos en la ignorancia, sin contemplación, es un solo día de vida vivido en la sabiduría y en profunda contemplación. Mejor que cien años vividos en la pasividad y en la debilidad es un solo día de vida vivido con coraje y afán de lucha.

 

 

9. EL BIEN Y EL MAL

 Apresúrate y haz lo que está bien; mantén tu mente alejada del mal. Si un hombre es lento en hacer el bien, su mente encuentra placer en el mal.

 Si un hombre hace algo malo, que no vuelva a hacerlo una y otra vez. Que no encuentre placer en su pecado. Dolorosa es la acumulación de malas acciones.

Si un hombre hace algo bueno, que vuelva a hacerlo una y otra vez. Que encuentre gozo en su bien obrar. Gozosa es la acumulación de buenas acciones.

Un hombre puede encontrar placer en el mal mientras el mal no dé fruto; pero cuando

el fruto del mal viene, entonces este hombre encuentra en verdad el mal.

No trates un pecado con displicencia, pensando «esto es de poca importancia». Gota a gota se llena la jarra. Así, el hombre necio se llena de mal, aunque lo vaya acumulando poco a poco.

Así como un hombre que no tiene ninguna herida en la mano no puede ser dañado por el veneno que pueda llevar en la mano, ya que el veneno no daña en donde no hay herida, así el hombre que no tiene el mal no puede ser dañado por el mal.

Ni en el firmamento, ni en las profundidades del océano, ni en una cueva en la montaña, ni en ninguna parte, puede un hombre ser  libre del mal que ha hecho. Ni en el firmamento, ni en las profundidades del océano, ni en una cueva en la montaña, ni en ninguna parte, puede un hombre ser libre del poder de la muerte.

 

10. LA VIDA

 

 Todos los seres tiemblan ante el peligro, todos temen la muerte. Cuando un hombre piensa en ello, no mata ni es causa de muerte.

Todos los seres sienten miedo ante el peligro, la vida es cara a todos. Cuando un hombre piensa en ello, no mata ni es causa de muerte.

El que en pos de la felicidad hiere a otros que también quieren la felicidad, no encontrará al final la felicidad.

 

El que en pos de la felicidad no hiere a otros que también quieren la felicidad, encontrará al final la felicidad. Nunca digas palabras ásperas, pues una vez dichas te pueden retornar. Las palabras airadas son dolorosas y quien golpea puede ser golpeado.

 Si puedes estar en quietud silenciosa como un gong roto que está silencioso, tú has alcanzado la paz del NIRVANA y tu ira es paz.

Pero aunque un hombre lleve ropas delicadas, si vive pacíficamente; y es bueno, se controla a sí mismo, tiene fe y es puro; y si no hace daño a ningún ser vivo, él es un sagrado brahmán, un ermitaño de la reclusión, un monje llamado un Bhikkhu.

 Aquellos que hacen canales para el agua dominan las aguas; los constructores de flechas hacen las flechas rectas; los carpinteros dominan la madera; y los santos dominan su alma.


 11. MÁS ALLÁ DE LA VIDA

 ¿Cómo puede haber risa, cómo puede haber placer, cuando el mundo entero está ardiendo? Cuando te encuentras en profunda oscuridad, ¿no pides una lámpara?

¡Este cuerpo se está descomponiendo! Un nido de enfermedades, un montón de corrupción predestinado a la destrucción, a la disolución. Toda la vida acaba en muerte.  

Mira estos huesos secados de un blanco grisáceo, como calabazas vacías y secas tiradas al final del verano. ¿Quién sentirá gozo mirándolos?

Una casa de huesos es este cuerpo, huesos cubiertos con carne y sangre. Orgullo e hipocresía habitan en esta casa y también vejez y muerte.

Los gloriosos carros de los reyes se gastan, y el cuerpo se gasta y envejece; pero la virtud de los buenos nunca envejece, y así ellos pueden enseñar el bien a aquellos que son buenos. 

¡Si un hombre no intenta aprender, envejece como un buey! Su cuerpo crece en años, pero su sabiduría no crece. En vano he seguido los ciclos de muchas vidas siempre esforzándome por encontrar al constructor de la casa de la vida y la muerte. ¡Qué grande es el pesar de la vida que ha de morir!  

Pero ahora te he visto, constructor: nunca más volverás a construir esta casa. Las vigas de los pecados están rotas, la parhilera de la ignorancia está destruida. La fiebre de los deseos ha pasado: porque mi mente mortal ha ido al gozo del inmortal NIRVANA.

Aquellos que en su juventud no viven en armonía con ellos mismos, y que no ganan los verdaderos tesoros de la vida, son más tarde como viejas garzas de largas patas plantadas tristes a la orilla de un lago sin peces.

Aquellos que en su juventud no viven en armonía con ellos mismos, y que no ganan los verdaderos tesoros de la vida, son más tarde como arcos rotos, siempre añorando viejas cosas pasadas y perdidas.

 12. LA POSESIÓN DE UNO MISMO

 Si un hombre se estima a sí mismo, que se guarde bien a sí mismo. De las tres guardias de su vida, que al menos esté vigilante en una.

Que encuentre primero lo que es recto y entonces lo podrá enseñar a los otros, evitando de tal manera dolor inútil.

 

Si se hace él mismo tan bueno como dice a los otros que han de ser, entonces él en verdad puede enseñar a los otros. Es difícil realmente el autocontrol. 

Solo uno mismo puede ser el señor de uno mismo: ¿qué otro, desde fuera, podría ser su señor? Cuando señor y sirviente son uno, entonces hay verdadero progreso y autoposesión. Cualquier falta o mal que un hombre hace, en él mismo nace y es causado por él mismo; y ello aplasta al hombre necio como la piedra dura muele la piedra más blanda.

Y el mal que crece en un hombre es como la enredadera malava que embrolla el árbol sala; y el hombre es bajado a aquella condición en la que desearía verlo su enemigo.

Es fácil hacer lo que está equivocado, hacer lo que es malo para uno mismo; pero es muy difícil hacer lo que es acertado, hacer lo que es bueno para uno mismo.

El necio que a causa de sus puntos de vista desprecia las enseñanzas de los santos, aquellos cuyas almas son grandes y justas, recoge frutos para su destrucción, como la caña kashta, cuyos frutos significan su muerte. 

Por uno mismo el mal es hecho, y es uno mismo quien sufre: por uno mismo el mal no es hecho, y por uno Mismo uno deviene puro. Lo puro y lo impuro de uno mismo provienen: ningún hombre puede purificar a otro. Que ningún hombre se distraiga de su deber, el bien de su alma, por el bien de otra cosa, por grande que sea. Cuando haya visto el bien de su alma, que lo siga con todas sus fuerzas.

 


 

jueves, 7 de octubre de 2021

RESUMEN GUÍA DEL YOGA INTEGRAL - SRI AUROBINDO


 


SRI AUROBINDO 

GUÍA DEL YOGA INTEGRAL 

FUNDACIÓN CENTRO SRI AUROBINDO BARCELONA

PREFACIO

Sri Aurobindo es uno de los más grandes maestros espirituales de la historia de la humanidad. Sri Aurobindo representa un nuevo Poder, una nueva Consciencia.

 

La novedad de su yoga integral reside en su objeto, en su punto de vista y en la totalidad de su método. Es nuevo porque su meta es un cambio radical de la vida y de la existencia, una completa transformación de la naturaleza terrestre, haciendo descender la Luz, el Poder y la Felicidad de la Verdad-Consciencia divina. No es un yoga de ascetismo que niega la vida, sino de vida divina. Su idealno es solamente una realización supracósmica, sino la consecución de algo real para la consciencia terrestre. Sri Aurobindo declaró:

«Mi tarea está vinculada a la Tierra, su objetivo final no está en otros mundos; voy en pos de una realización en la Tierra y no de un vuelo a cumbres lejanas».

El yoga de Sri Aurobindo es, según sus propias palabras, «tanto de éste como del otro mundo, sin exclusión de ninguna de las dos partes»; incluye lo material y lo espiritual, y aspira a la instauración de la Consciencia y el Poder divinos en la vida terrestre.

El concepto de evolución es la nota dominante de su  filosofía y de su yoga. Según Sri Aurobindo la consciencia  es el fundamento y el origen de la creación. La evolución es, por lo tanto, «la evolución de la consciencia en la Materia en una constante autoformación que se va desarrollando hasta que la forma pueda revelar el Espíritu escondido en su seno». Materia, Vida, Mente, Supermente y, Existencia-Consciencia-Fuerza-Felicidad, son las grandes fases de la evolución en su ascenso del Inconsciente al Superconsciente. Parece, ahora, que estamos sumidos en la peor, quizá la más oscura noche anterior a la aurora; sólo los que ya están despiertos pueden ver y sentir los primeros claros signos de su llegada. Sri Aurobindo señala la inevitabilidad de esta gran Aurora, la aurora de la edad supramental. Y la plegaria brota del alma del rishi:

¡Oh Aurora, ven con todo tu esplendor celeste, despiértanos hoy a la gran  felicidad,  el  mismo modo que un día nos despertaste al resplandor solar del nacimiento del conocimiento, a la percepción inspirada de la voz de la Verdad! (Rig-Veda, El Primer Himno a  la Aurora, V. 79)Esta obra que presentamos a los lectores hispanoparlantes tiene un carácter iluminador  acerca de la misión de Sri Aurobindo, que no es otra que la de encontrar y expresar a Dios en el hombre. No se trata de una mejora, sino de una radical y completa transformación. El presente volumen, compuesto de tres partes, que se integran y se complementan recíprocamente, ofrece un cuadro bastante completo del yoga integral de Sri Aurobindo y constituye, al mismo tiempo, una válida y preciosa ayuda para la práctica del yoga.

 

SRI AUROBINDO

NOTA BIOGRÁFICA

Sri Aurobindo nació en Calcuta el 15 de agosto de 1872. A la edad de 7 años fue enviado a Inglaterra, donde pasó los siguientes años de  su vida. En 1889 ingresó en Cambridge, con una bolsa de estudios concedida por la St. Paul's School de Londres, donde coronó brillantemente sus estudios con mención de primera clase. Después de haber adquirido los títulos necesarios para entrar en el servicio civil de la India, en el que  no formó parte por haber rehusado presentarse al examen de equitación, regresó a su país y entró, en 1893, en el servicio administrativo del principado de Baroda. Aparte de su trabajo administrativo, fue nombrado profesor de francés del colegio de Baroda, y, posteriormente, de inglés. En este periodo aprendió el sánscrito y otras lenguas indias. Seguía al mismo tiempo con interés los acontecimientos políticos de la India. Con motivo de la división de Bengala, en 1905, abandonó Baroda y empezó a participar abiertamente en política.Fue uno de los grandes líderes del movimiento nacionalista de Bengala, durante el trágico periodo de 1906 a 1910. Su influencia en la transformación del pensamiento y opinión de toda la India, fue muy profunda, especialmente a través del periódico «Bande Mataram».

 Detenido a causa de su actividad política, en 1908 fue encarcelado durante un año en la prisión de Alipore. Su estancia en prisión significó un cambio decisivo en su vida. En un medio tan poco favorable, se sumergía casi de continuo en la meditación. Su vida interior y sus realizaciones  espirituales pronto le llevaron a fijarse un objetivo más amplio y universal que la liberación de su país: el porvenir de la humanidad, la nueva era del espíritu y la aparición de una nueva especie humana. Al salir de la cárcel fundó dos semanarios, uno en inglés, Karmayogin, y otro en bengalí, Dharma. Continuó durante algún tiempo sus actividades políticas, pero una noche recibió el aviso de que la Policía proyectaba realizar un registro en su despacho de Karmayogin y, para no ser detenido o deportado, fue a esconderse a Cnandernagore, a pocos kilómetros de Calcuta. Aquí recibió «una orden de lo Alto» de ir a Pondicherry a donde llegó el 4 de  abril de 1910. Fue la ruptura  definitiva con su vida anterior.Después de cuatro años de yoga en el silencio, fundó, el 15 de agosto de 1914, una revista filosófica mensual, Arya, en la que expresaba, en lenguaje intelectual, su visión del hombre y de la Historia, del destino divino del hombre y del camino a seguir para alcanzarlo, de la marcha de la sociedad humana hacia la unidad y la armonía, de la naturaleza y de la evolución de la poesía, del sentido profundo de los Vedas,  de los Upanishads y de la Gitá y del espíritu y de la significación de la cultura india. Todo ello está actualmente recogido y publicado en libros: La vida divina, La síntesis del yoga, El ciclo humano, El ideal de la unidad humana, La poesía futura, El secreto del Veda, Ocho Upanishads, Ensayos sobre la Gitá, Los fundamentos de la cultura india, etc. De su obra poética merece especial mención la epopeya «Savitri».

Se negó a volver a la política y declinó el ofrecimiento de presidir el Congreso Nacional de la India. Ello no quería decir, como algunos han supuesto, que se hubiera retirado a alguna cima de experiencia espiritual, despreocupándose del mundo y del porvenir de la India. Su alejamiento de la política no podía tener este sentido en modo alguno, ya que el principio mismo de su yoga era no sólo realizar el Divino y alcanzar la consciencia espiritual total, sino también hacer entrar toda la vida y todas sus actividades en el campo de la consciencia espiritual y fundar la vida sobre el Espíritu. El 5 de diciembre de 1950, Sri Aurobindo abandonó su cuerpo físico. «Logró atraer las fuerzas que transmutarán una edad».

 

YOGA Y ENSEÑANZA 

Sri Aurobindo escribió en cierta ocasión una carta sobre su práctica del yoga:

Comencé mi yoga en 1904, sin gurú; en 1908 recibí una considerable ayuda de un yogui y descubrí los fundamentos de mi sádhaná; pero desde entonces y hasta la llegada a la India de la Madre, no recibí ayuda espiritual de nadie. Mi sádhaná no se basaba, ni en aquel momento ni más tarde, en conocimientos librescos, sino en un sinnúmero de experiencias personales que fluían del interior. Pero en prisión tuve conmigo la Gítálos Upanishads; practicaba el yoga de la Gítá y meditaba con la ayuda de los Upanishads; son los únicos libros en los que he encontrado alguna indicación. Los Vedas que comencé a leer mucho más tarde en Pondicherry, más que ser una guía para mi sádhaná, confirmaron las experiencias que ya había tenido. De vez en cuando acudía a la Giúpara esclarecer una pregunta o una dificultad, y generalmente encontraba una ayuda o una respuesta.Antes de llegar a Pondicherry, Sri Aurobindo había alcanzado ya dos de las cuatro grandes Realizaciones en las que se fundan su yoga y su filosofía espiritual. La primera le vino durante su meditación con un yogui de Maharashtra, Vishnu Bhasker Lele, en Enero de 1908 en Baroda; era la realización del Brahmán silencioso más allá del espacio y del tiempo, que obtuvo tras una completa y constante inmovilidad de toda la consciencia. Pero este sentimiento desapareció al alcanzar la segunda realización, la de la consciencia cósmica, que alcanzó en la prisión de Alipore; esta experiencia le hizo ver que el Divino «eran» todos los seres y todo lo que es. Gracias a sus meditaciones en la cárcel, estaba ya en camino hacia las dos restantes: la del Brahmán, en su doble aspecto estático y dinámico, y la de los planos superiores de la consciencia, que llevan al Supramental.Sri Aurobindo prosiguió la búsqueda de una experiencia más completa que uniese y armonizase los dos polos de la existencia, el Espíritu y la Materia. La mayoría de los métodos de yoga conducen al Más Allá, al Espíritu, y finalmente, fuera de la vida. El de Sri Aurobindo, en cambio, se eleva hacia el Espíritu para descender de nuevo enriquecido y volver a traer a la vida, la luz, el poder y la beatitud del Espíritu, que la transformarán.  Según Sri Aurobindo, la existencia actual del hombre en el mundo material es una vida en la Ignorancia fundada en el Inconsciente;El mundo creado no es un error, ni una vanidad de vanidades, ni una ilusión de la que el alma deba librarse para volver al cielo o al Nirvana, sino, al contrario, el escenario de una evolución espiritual en la que a partir de la inconsciencia material, debe manifestarse progresivamente la Consciencia divina en todas las cosas. Por encima de ésta se encuentra la Supermente o Consciencia de Verdad eterna que es esencialmente la luz y el poder del Conocimiento divino. La  Supermente es un Conocimiento que existe en sí mismo y que manifiesta armoniosamente el juego de sus formas y de sus fuerzas.Abriéndonos a una consciencia divina superior, es posible elevarse hasta ese poder de luz y beatitud, descubrir nuestro verdadero yo, permanecer en unión constante con el Divino y hacer descender la Fuerza Supramental, para que transforme la mente, la vida y el cuerpo.  «Si es cierto que el Espíritu está también sumido en la Materia y que esta Naturaleza aparente es en realidad Dios escondido.

 ESTUDIO SOBRE EL YOGA

DE SRIAUROBINDO

 Se habla mucho de la conquista de la naturaleza. Se dice incluso que ésta es la verdadera razón de ser del ser humano. ¿Qué se quiere decir realmente con esto? La ciencia moderna tiene un modo especial de conquista. Ha adquirido una cierta capacidad de control y de conquista e incluso un notable dominiosobre ciertos sectores; porque la parte más vital de la naturaleza es la región de las fuerzas de vida, de los poderes que determinan la enfermedad, la vejez y la muerte, el ámbito de la lucha, de la codicia, de la avidez, de todas las fuerzas sombrías y primitivas, las fuerzas de la ignorancia, que representan la parte verdadera y fundamental de la naturaleza y del mundo en los que el hombre se debate.  Ésta es la naturaleza actual del hombre con su triple estructura mental, vital y física, un dharma inferior y un modo de vida imperfecto. Ninguna acción humana, tanto si es perfecta como si es imperfecta, tiene poder para cambiar, ni siquiera el espesor de un cabello, la ruta que la naturaleza se ha trazado. Para desplazar la Tierra y darle una nueva órbita hay que encontrar un punto de apoyo fuera de la Tierra. Sri Aurobindo no predica la huida de la vida y un retiro en un infinito pasivo y silencioso; el objetivo de la vida, según él, no es la extinción de la vida.

La sádhaná de Sri Aurobindo parte de la percepción de un poder situado más allá de la naturaleza ordinaria y que es, sin embargo, su amo ineluctable , de un punto de apoyo, como hemos dicho, fuera de la Tierra.  Actualmente la humanidad está en manos de los asura que crean al hombre a su imagen y semejanza. Para expulsarlos, los dioses, con toda su potencia, deben encarnarse en el ser humano y entrar en el juego. Cuando Sri Aurobindo declaró:«Nuestro yoga no es para nosotros, sino para la humanidad», muchas personas dejaron escapar un suspiro de alivio Consideraron que su yoga era un yoga  moderno, dedicado al servicio de la humanidad, y que si este servicio no constituía toda la suma, da la sustancia de su espiritualidad, era por lo menos  su fin tangible y su consumación. Sri Aurobindo se percató de que la esencia misma de sus enseñanzas resultaba falseada con esta interpretación superficial de sus palabras. Por esto cambió su fórmula original y dijo: «Nuestro yoga no es para la humanidad, sino para el Divino». Para acercarnos mejor al ideal de Sri Aurobindo, conviene reunir las dos fórmulas y decir que su misión es la de descubrir y expresar al Divino en la humanidad. Su objetivo no es lograr únicamente una mejora, sino un cambio radical, una transformación completa: Divinizar la vida humana. La transformación de la vida humana no significa necesariamente que la humanidad entera tenga que convertirse en una especie de dioses o de seres divinos; quiere decir que, de igual manera que el hombre ha evolucionado del animal a un tipo superior de animalidad, sin que por esto el reino animal entero se transformara en humanidad, a través de la evolución, aparecerá en la Tierra un tipo superior. Éste es el corazón del misterio, la llave maestra del problema. La aparición de una especie suprahumana o divina -por prodigioso o milagroso que pueda parecer el fenómeno-. El descenso del Divino hasta la naturaleza humana para purificarla, transformarla y prepararla para que sea Su morada, constituye el secreto de la sádhaná del yoga de Sri Aurobindo. El sádhaka debe únicamente permanecer tranquilo y silencioso, lleno de apacible aspiración, abierto, dando su consentimiento receptivo a esta única fuerza no es necesario ni ha de tratar de hacer las cosas en virtud de un esfuerzo independiente y personal, sino que ha de hacerlas, o dejarlas hacer, por el Divino Maestro o Guía. Además, el descenso al que se refiere Sri Aurobindo no es el descenso de una consciencia divina, sino de la consciencia del Divino, del Divino mismo con su Shakti, porque es Ella la que actúa directamente para la transformación evolutiva de nuestra época. El objetivo de este prólogo no es el de extenderse en detalles relativos al sentido exacto del descenso, a su pro-ceso, a las líneas de actividad utilizadas y a los resultados obtenidos. Porque se produce verdaderamente un descenso real: la Luz divina penetra en primer lugar en la mente y comienza allí su trabajo de purificación, aunque sea siempre el corazón interior el primero en reconocer la esencia divina y en otorgar su aprobación a la acción divina. Desde la mente, la luz se filtra por las regiones más densas de las emociones y de los deseos, de la actividad de la vida y del dinamismo vital hasta llegar a la materia densa, la dura y oscura roca del cuerpo físico que debe a su vez recibir la iluminación y asumir las verdaderas formas y los verdaderos aspectos de la Luz suprema. La realización en la Tierra de una vida espiritual o divina es sobre todo un acto de belleza, una obra de arte; Si arte significa expresar el alma de las cosas, porque el alma verdadera de las cosas es el elemento divino contenido en éstas, hay que conceder a la espiritualidad, a la disciplina, al contacto con el Espíritu, con el Divino,  lleno de fuerza, irisado de luz, vibrante y feliz -que sea, en una palabra, una incorporación del Divino- es el ideal más alto de la espiritualidad. Vista así, la espiritualidad -la que practica Sri Aurobindo es el necplus ultra de la creación artística. El yoga de Sri Aurobindo prosigue en la línea directa el yoga de la naturaleza. La naturaleza sigue infalible e inevitablemente un yoga que es la ley más secreta de su ser. Yoga significa esencialmente un cambio o transformación, una elevación y una ampliación de la consciencia que se efectúan por medio de la comunión, la unión o identificación con una consciencia más alta y más vasta. Este proceso de desarrollo de la consciencia en la naturaleza es precisamente lo que denominamos evolución. La primera fase de la evolución es la materia inconsciente, la fase de los elementos físicos sin vida. La segunda fase es la vida semiconsciente en la planta, la tercera la vida consciente en el animal y finalmente, la cuarta, en la que estamos nosotros actualmente, es la fase de la vida autoconsciente, encarnada en el hombre. El proceso evolutivo no ha llegado aún a su punto culminante con el hombre. Según Sri Aurobindo, la próxima fase hacia la cual la naturaleza avanza y por cuya aparición y establecimiento trabaja, es la vida,  La consciencia que está por encima de la mente no es todavía un elemento visible y dinámico en la vida terrestre; los santos y los videntes se han acercado a esta consciencia o han penetrado en su interior en grados diferentes y de diversas maneras; es esta consciencia la que ha iluminado las actividades creadoras de los poetas y de los artistas, los más bellos y nobles impulsos de los héroes y de los grandes hombres de acción.el Espíritu en sí, Atman, Brahmán,  Sachchidananda, Nirvana, el primero sin segundo, el cero sin unidad. El primer contacto con esta suprarrealidad estática tiene lugar a través de los ámbitos más elevados de la mente; Revela el Yo y el Espíritu universales,  la divinidad cósmica y sus miríadas de fuerzas proyectando miríadas de formas; la existencia del mundo aparece en este plano como un juego de velos Es la visión abrumadora que Sri Krishna ofrece a Arjuna en la Bhagavad Gitá. Sobre la base de esta visión, el mundo y la creación llegaron a ser considerados fundamentalmente un producto de la ignorancia; el sufrimiento, la incapacidad y la muerte fueron contemplados como los signos distintivos de las cosas terrestres. Vivir en la plenitud de la luz, estar en la luz y formar parte de la luz, quería decir pasar al más allá. 

La Supermente reúne toda la diversidad sin destruirla, anulando y rechazando la  consciencia  de separación que es el movimiento inicial de la ignorancia. La primera sombra de la consciencia de ilusión se presenta cuando la luz supramental entra en la penumbra del ámbito mental. La creación al descender hacia la ignorancia se torna una involución del Espíritu en la materia a través de la mente y de la vida; la materia despertándose a la vida, la vida despertándose a la mente y la mente tratando de despertarse a algo que esté por encima de la mente, a un poder del espíritu consciente. El cuerpo material, cuando aparece, lleva consigo inevitablemente, en apariencia, la mortalidad; como lo hace aún detrás del devenir cósmico, sino en el seno mismo del juego cósmico y según los modos múltiples de la existencia terrestre. El secreto de la evolución es, como ya he dicho, un impulso hacia la liberación y la expansión de la consciencia más allá de la inconsciencia aparente.

En el hombre adquiere la posibilidad de ser consciente y por consiguiente más rápido y concentrado. Ésta es en realidad la función misma del yoga: consumar la evolución de la consciencia acelerando el proceso de la naturaleza con la voluntad autoconsciente del hombre.

Un órgano del ser humano ha sido desarrollado especialmente para que pueda ser el instrumento efectivo de este proceso yóguico acelerado. La consciencia de sí que constituye una característica distintiva del hombre es una facultad de este órgano. en el hombre ha crecido lo suficiente como para poder salir a la superficie y dirigir y modelar su propia consciencia exterior. Es también el canal a través del cual la consciencia divina puede llegar hasta los niveles inferiores de la naturaleza humana: «El ser no más grande que el dedo pulgar, asentado siempre en las profundidades interiores del corazón», según dicen los Upanishads. Es así mismo la base de la verdadera individualidad y de la identidad personal El primer paso decisivo del yoga consiste en adquirir consciencia del ser psíquico, la mente, de la vida y del cuerpo y a liberarlo progresivamente de la ronda ordinaria de la naturaleza ignorante.  Transfigurándola en un cuerpo perfecto de la Verdad-Consciencia, es decir, en su divinización. He aquí, pues, el secreto: la transformación, y no el abandono o la anulación de la naturaleza humana ordinaria. El alma, o ser verdadero en el hombre, elevada a consciencia supramental, es el objetivo que la naturaleza trata de realizar actualmente a través de su impulso evolutivo. El hombre ha sido llamado a ejecutar esta tarea para que, en él y a través de él, la trascendencia y la transformación decretadas puedan tener lugar.La creación no ha comenzado en el tiempo (añadí) y nunca tendrá fin (ananta). Es un eterno proceso de desarrollo progresivo de los misterios del infinito. Hasta ahora la muerte ha sido el principio rector de la vida en la Tierra; ésta será sustituida por la consciencia de la Inmortalidad.La evolución se ha realizado a través de luchas y sufrimientos; con la Supermente será una floración espontánea, armoniosa y feliz. Hemos dicho que en el hombre, teniendo como instrumento la consciencia de sí o la consciencia del ser psíquico, la evolución puede seguir un proceso concentrado más rápido: el proceso del yoga.. La fase primitiva de la materia muerta, de la acción exclusiva de las fuerzas químicas, fue una fase muy larga; fue preciso que transcurrieran millones y millones de años para llegar al punto en el que la manifestación de la vida fuera posible. El periodo de vida elemental que le siguió y que se manifestó en el mundo de las plantas, aunque haya durado varios millones de años, fue mucho más corto que el precedente, y terminó con la aparición de la primera forma animal. La época de la vida animal hasta la aparición del hombre fue mucho más breve todavía que la anterior. Y al hombre, que hace más de dos millones de años que está sobre la Tierra, le ha llegado ya el tiempo de dejarse transformar en un ser de orden superior.

 Svalepamapyasya dhannasya tráyate mahato bhayát. «Hasta una pequeñísima cantidad de Eso nos puede liberar de un gran terror».

si se nos pregunta cómo podemos estar seguros de no ir en pos de una quimera, «La prueba del pudding se tiene cuando se come él pudding».

 NOLINI KANTA GUPTA 

1.      La Supermente no es solamente sintética. «La Supermente es sintética en sus ámbitos más bajos, en los que ha de preparar los principios sobrementales. La síntesis es necesaria cuando ha habido un análisis y todo se ha desmenuzado y desmontado (análisis); entonces es necesario proceder a la reagrupación. Pero la Supermente es unitaria y nunca divide. Por esto no necesita reunir las partes o los fragmentos diseminados; ha mantenido siempre las consciencias  múltiples en el Seno consciente del Uno». Sri Aumbindo.

 NOTA DEL TRADUCTOR

Este libro está compuesto de extractos de cartas de Sri Aurobindo a sus discípulos. Los diversos textos han sido reunidos y clasificados con el ánimo de ayudar a todos aquellos que aspiran a comprender y a practicar el yoga. Es conveniente, sin embargo, tener presente que estos escritos son respuestas a preguntas específicas sobre unos casos determinados y, por consiguiente, de utilidad absoluta solamente para los discípulos a los que fueron dirigidas. No obstante, en la mayor parte de los casos, y aplicando las enseñanzas con la debida reflexión, su utilidad es de indudable valor.

Pero Savitri contestó al radiante Dios: «En vano tientas con solitario deleite Dos espíritus salvados de un mundo afligido; Mi alma y la suya indisolublemente unidas En la sola tarea por la que hemos nacido, Para elevar el mundo a Dios en Luz inmortal, Para que descienda Dios a la Tierra vinimos, Para cambiar la vida terrestre en vida divina».

 SRIAUROBINDO

SAVITRI, Libro XI, Canto I

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